El ex presidente Carlos Saúl Menem declaró ayer como testigo en su despacho del Senado de la Nación en la causa por la muerte de su hijo en 1995, e insistió en que se trató de un atentado, aunque no aportó nuevos argumentos para justificar su hipótesis.
Tampoco el ex mandatario (1989-1999) explicó por qué cambió de opinión luego de sostener durante 19 años que había sido un accidente y, ante el juez Carlos Villafuerte Ruzo, se remitió constantemente al escrito que presentó hace semanas, en el que por primera vez suscribió, también sin explicar los motivos, la versión de un atentado.
Villafuerte Ruzo llegó a las 11 al Congreso de la Nación para tomarle declaración a Menem en su despacho, con la presencia de su ex esposa Zulema Yoma; de su hija, Zulemita; del abogado querellante Juan Gabriel Labake y del fiscal del caso, Matías Di Lello.
La primera pregunta fue por qué Menem cambió su opinión de accidente a atentado a 19 años de la caída del helicóptero que conducía su hijo a la altura de la ciudad bonaerense de Ramallo, pero el ex presidente se mantuvo en los dichos plasmados en el escrito y no ofreció mayores argumentos.
El juez insistió con la pregunta y luego lo hizo el fiscal, aclarando que era para ayudar en la investigación, pero Menem se resistió a aportar más detalles, se remitió al escrito y advirtió que no iban a hacerlo contradecirse.
No obstante, según indicaron fuentes judiciales a NA, el abogado de Menem, Pedro Baldi, hizo saber que en las próximas horas iba a aclarar por escrito que el cambio de opinión por parte del ex presidente se produjo a raíz de haber tomado conocimiento de un peritaje.
Pero lo llamativo es que esa instancia a la que hizo referencia es aquella que hizo Gendarmería en 1997, en la cual se afirmó que hubo impactos de bala en el helicóptero que conducía Carlitos.
Al finalizar la declaración testimonial de poco más de una hora, el juez propuso a ambas querellas hacer un estudio de ADN sobre el cuerpo de Carlos Menem Junior, teniendo en cuenta la denuncia de Zulema Yoma respecto de que lo habrían manipulado, al cambiarle algunas partes en el lugar de entierro.
Concretamente, esa querella denunció tres grandes diferencias entre estudios hechos al cuerpo de Carlitos apenas muerto y el que se hizo un año y tres meses después por parte de 36 expertos en la necropsia: fueron en las piezas dentales, en el esternón y en que se constó que había una bota de yeso en una de las piernas, que originalmente no existía.
La querella de Zulema Yoma le hizo saber al juez que, previo a dar consentimiento, aguardará el resultado de los estudios comparativos de imágenes que llevan adelante peritos en Tucumán, en los que se intenta determinar si hubo impactos de bala en el helicóptero, lo que daría cuenta de un atentado.
Según indicaron fuentes judiciales, de comprobarse que hubo impactos de bala la querella de Zulema aprobaría la extracción de ADN, pero no sólo de huesos que están alojados en la morgue, sino también de otros restos que están enterrados en el cementerio musulmán de San Justo.
Los resultados del estudio de imágenes se conocerán esta semana y determinarán la suerte de la investigación.
En su declaración, Menem también ratificó que a su hijo le quitaron el respirador artificial de manera inconsulta en el hospital San Felipe de San Nicolás, donde fue trasladado de urgencia tras caer el helicóptero, y que la orden la dio su médico personal Alejandro Tfeli.
Tras la audiencia, Zulema Yoma sostuvo que si el hecho de ocultar información ocurre con “el hijo del presidente qué podemos esperar” para el resto.
Además, sembró dudas sobre si el cuerpo enterrado bajo el nombre de su hijo es realmente el de Carlitos: “Me dieron un cajón, yo pensé que estaba completo”.