Cerraron las urnas en gran parte de Brasil, donde más de 145 millones de electores fueron llamados a elegir el presidente de la República, los gobernadores de los 26 estados y del distrito federal de Brasilia, y a renovar la totalidad de la Cámara Baja y un tercio del Senado.
El proceso de votación prosigue en estados amazónicos y del extremo oeste del país, donde hay una diferencia de dos horas frente al horario de Brasilia. Recién después podrán ser divulgados los sondeos de boca de urna.
Según el Tribunal Superior Electoral (TSE), la jornada transcurrió en calma y sin que se registraran incidentes graves.
El presidente de la corte, José Antonio Toffoli, admitió que la votación se demoró en algunas ciudades donde se probó un nuevo sistema de identificación de electores a través de huellas dactilares, pero consideró el problema como normal.
Pese a la demora, se espera que en las próximas horas se conozca el resultado de la disputa por la Presidencia, en la que la actual mandataria, Dilma Rousseff, busca un nuevo mandato.
Para lograr la reelección hoy, la mandataria del Partido de los Trabajadores (PT) necesita obtener la mayoría absoluta de los sufragios válidos.
Si no logra alcanzar esa meta, Rousseff tendrá que medirse en una segunda ronda, el 26 de octubre, con el candidato que se posicione hoy segundo, un puesto que se disputan el senador Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y la ambientalista Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB).