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Federales detuvieron a mujer que manejaba varios búnkers

Se trata de Olga Beatriz M., conocida como La Tata o La Rubia. Fue en el marco de allanamientos realizados en zona norte.

Una mujer, quien era investigada por su estrecha relación con Delfín Zacarías, fue detenida en la mañana de ayer acusada de ser la líder de una banda de narcotraficantes que regenteaba al menos media docena de búnkers en la zona norte. En su vivienda de Florida Norte, el personal de las fuerzas federales incautó 200 mil pesos en efectivo, cerca de dos kilos de cocaína y marihuana. Los pesquisas agregaron que se realizaron otros seis allanamientos a centros de distribución, en los cuales se detuvo a cinco hombres mayores de edad, se incautaron estupefacientes fraccionados para la venta, una pistola calibre 9 milímetros, documentación y objetos de valor de interés para la causa, que lleva adelante del Juzgado Federal N° 3, a cargo del magistrado Carlos Vera Barros.

Siete operativos

Los siete allanamientos, a cargo del personal de Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y de Gendarmería Nacional, comenzaron ayer minutos antes de las 11 en la zona norte de la ciudad. El más importante de los procedimientos se realizó en la vivienda de Agüero al 4300, adonde se detuvo a Olga Beatriz M., una mujer conocida por el apodo de la Tata o la Rubia, a quien la Justicia comenzó a investigar el año pasado tras un allanamiento en un búnker de barrio La Cerámica.

Pista clave

Ese día, La Tata o La Rubia logró escapar. Sin embargo, a raíz de la documentación hallada en el búnker de Boedo y Ghiraldo descubrieron la identidad de su distribuidor, quien resultó ser Zacarías (ver aparte).

En la vivienda de la mujer, el personal de las fuerzas federales incautó cerca de dos kilos de cocaína, alrededor de 200 mil pesos en efectivo, marihuana junto a objetos y documentación de interés para la causa. Además, los pesquisas realizaron allanamientos en construcciones precarias que tenían bajo sospecha de estar dedicadas a la ventas de estupefacientes ubicadas en Washington al 1200, en Ramos Mejía al 1300, en Camino de los Granaderos al 4600 y en la zona aledaña a Puerto Norte.

Cocaína y marihuana

En esos lugares, el personal de Gendarmería y la PSA encontró dosis de marihuana y cocaína fraccionadas para la venta, una pistola calibre 9 milímetros con 12 proyectiles, más de 3800 pesos en efectivo, una motocicleta, documentación de interés para la causa y detuvieron a cinco hombres, quienes quedaron acusado de ser los encargados de vender la droga.

Tanto el material incautado como la situación de los detenidos quedaron a cargo del magistrado del Juzgado Federal N°3, Carlos Vera Barros.

Zacarías distribuía y La Tata vendía

El nombre de Olga Beatriz Tata M. empezó a sonar el año pasado cuando las fuerzas federales comenzaron una investigación que terminó con la detención de Delfín David Zacarías y el secuestro de 300 kilos de cocaína en el operativo denominado Flipper. De acuerdo con lo que se desprende de la causa, el personal que depende de la Secretaría de Seguridad de la Nación empezó a investigar a Zacarías a partir de un allanamiento que hicieron en un búnker de drogas ubicado en Boedo y Ghiraldo, en la zona norte, y en jurisdicción de la comisaría 30ª. Los pesquisas determinaron que la encargada del lugar era Olga Beatriz “Tata” M., también conocida como la Rubia. La conexión que encontraron fue que casi a mediados de 2013 la Tata había transferido un Chevrolet Spark dominio KGO308 a Zacarías, como pago de una aparente deuda por provisión de estupefacientes, y a partir de allí empezaron los seguimientos.

Para finales de agosto del año pasado, Zacarías había sido monitoreado en la compra de 2.000 litros de acetona a la firma bonaerense Alconar. El producto, conocido por ser un precursor utilizado para el fraccionamiento del clorhidrato de cocaína, fue retirado por el sospechoso el 4 de septiembre en Don Torcuato y al día siguiente fue depositado en una casa de Las Achiras 2528, en el Country Profesional de Funes. Ese día, la Policía Federal apresó a Zacarías –hoy detenido en la cárcel de Ezeiza– y a su esposa, Sandra Marín, cuando salían de la vivienda en la que se descubrió una cocina de pasta base.

Allí se decomisaron 300 kilos de cocaína en panes, precursores químicos en cantidades industriales y elementos utilizados para fabricar el estupefaciente.

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