Un presunto asaltante fue baleado por un policía de civil en el mediodía de ayer en lo que fuentes de la investigación describieron como un intento de robo. De acuerdo con la pesquisa, un empleado de la Unidad Regional II estaba en la puerta de un edificio cuando dos personas se le presentaron y, a punta de pistola, le sacaron su motocicleta.
Pero mientras comenzaban a fugarse, la víctima se identificó como policía y se tiroteó con los ladrones, logrando detener a uno de ellos, mientras que el restante se dio a la fuga. Vecinos de la zona señalaron que la persona reducida por el asalto fue golpeada por funcionarios de la URII, con la colaboración de personal de Gendarmería Nacional.
El supuesto ladrón detenido, al cierre de esta edición, se encontraba internado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez y, de acuerdo con fuentes oficiales, su vida no corría peligro.
Según voceros de la investigación, cerca de las 12 de ayer el agente Luciano P., empleado de Alcaidía, estaba en la puerta de un edificio de 27 de Febrero entre Corrientes y Paraguay esperando a un amigo, con su moto Honda Tornado de 125 centímetros cúbicos estacionada a su lado. Mientras aguardaba, aparecieron dos muchachos en una moto Honda Cg. La persona que viajaba como acompañante se bajó del vehículo y, a punta de pistola, le exigió al policía que le entregue la llave del rodado.
El asaltado acató en ese momento, pero mientras los ladrones iniciaban la fuga, el dueño de la Tornado se identificó como integrante de la fuerza de seguridad y les dio la voz de alto a los muchachos, produciéndose un tiroteo.
Según testigos del hecho, el empleado policial se encontraba en la vereda sur de Avenida 27 de Febrero al 1400 cuando comenzó el enfrentamiento y, entre las balas, cruzó la calle para refugiarse detrás de unos autos, del lado de los pares. Una vez asentado tras un Chevrolet Kadett, pudo hacer impactar un proyectil sobre la rueda delantera de su propia moto robada, haciendo que el ladrón cayera al piso, para luego reducirlo. Su acompañante logró fugarse en el otro rodado.
Aquí, el testimonio de diferentes testigos del robo apunta a que, cuando el presunto arrebatador quedó tendido sobre el asfalto, fue golpeado por el agente Luciano P., quien luego recibió la ayuda varios de sus colegas, entre ellos, personal de Gendarmería Nacional. “El tipo estaba tirado en el piso y los milicos le pegaban piñas y patadas. En un momento pasó una camioneta de los gendarmes y los tipos, en vez de parar los golpes, se acercaron y sostuvieron al ladrón para que los policías le pudieran pegar más cómodos”, señaló un vecino de la zona. Incluso, otra persona aseguró a El Ciudadano en la escena del crimen que los miembros de las fuerzas federales participaron del tiroteo.
De acuerdo con el parte médico del presunto ladrón, de quien no se precisaron datos, el hombre sólo sufrió un tiro en la mano, por la cual recibió curaciones en el Heca, donde al cierre de esta edición se encontraba aún internado. La levedad de la herida referida, no obstante, contrasta con la gran cantidad de sangre que había en la escena del crimen.
Según relataron voceros de la investigación, el asaltante empuñaba un revólver calibre 38, mientras que el policía de civil utilizó durante la balacera su arma reglamentaria calibre 9 milímetros.
En el lugar del tiroteo se podían contar, al menos, una docena de casquillos caídos sobre el asfalto.
El caso es investigado por la fiscalía de Flagrancia y Turno, con la colaboración de uniformados de la comisaría 5ª de barrio Parque.