Hoy se cumplen cuatro años del asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra por una patota que respondía al entonces secretario general de la Unión Ferroviaria, José Pedraza, quien pretendía silenciar una protesta de trabajadores tercerizados de la ex línea Roca, en Buenos Aires, que reclamaban ser incorporados a planta permanente.
Los trabajadores tercerizados y despedidos de la ex línea Roca se organizaron y junto con el apoyo de otras organizaciones sociales y políticas decidieron llevar adelante un reclamo que visibilizara la precarización a la que eran sometidos.
Así, el 20 de octubre de 2010, los manifestantes salieron desde un local del Partido Obrero ubicado en Avellaneda, con la intención de cortar las vías cerca de la estación de esta localidad.
Advertidos de que un grupo de la Unión Ferroviaria encabezado por el dirigente Pablo Díaz se encontraba en el andén de la estación, los precarizados decidieron cruzar el Riachuelo y trasladarse a Capital Federal con el propósito de hacer el corte en el barrio porteño de Barracas.
Después de cruzar por el puente Bosch, la columna de manifestantes fue atacada a piedrazos por una patota de la Unión Ferroviaria, al intentar instalarse sobre las vías.
Los manifestantes se replegaron y se reunieron en la calle Luján, a 200 metros de donde fueron atacados, y allí realizaron una improvisada asamblea en la que descartaron la posibilidad del corte y analizaron la alternativa de llevar a cabo un acto en el barrio porteño de Constitución.
Mientras se desarrollaba la discusión entre los trabajadores, efectivos a bordo de dos móviles pertenecientes a la Comisaria 30 de la Policía Federal observaban a los manifestantes, quienes convocaron para el día siguiente a una nueva reunión en la que evaluarían los pasos a seguir.
Cuando se retiraban por la calle Luján en dirección a Díaz Vélez, fueron interceptados por un grupo ligado a la Unión Ferroviaria y encabezado por Cristian Favale, un barrabrava del club Defensa y Justicia reclutado por la gente de Pedraza.
Los atacantes comenzaron a disparar sobre las columnas de manifestantes, ante la inacción de los efectivos policiales.
Mariano fue herido de muerte y los militantes Elsa Rodríguez, Nelson Aguirre y Ariel Pintos fueron alcanzados por proyectiles que salieron de las armas que empuñaron Favale y otro matón llamado Gabriel Sánchez.
Los militantes detuvieron una ambulancia que transitaba por el lugar y lograron trasladar a los heridos al Hospital Cosme Argerich, donde Ferreyra, de 23 años, estudiante de Historia, dirigente de la Fuba y tornero, murió como consecuencia de las heridas recibidas en esa emboscada.
Pedraza y su lugarteniente en el gremio, Juan Carlos Fernández, no estuvieron en el lugar de los hechos, pero ese día se comunicaron varias veces con Díaz, quien a su vez lo hizo con Favale, Sánchez y Claudio Alcorcel, delegado y sindicado en la causa como reclutador de la patota que perpetró la agresión.
En febrero de 2011, Pedraza quedo detenido junto con Fernández, y el 6 de agosto de 2012, se inició un juicio oral y público que estuvo a cargo del Tribunal Oral 21 de la Ciudad de Buenos Aires.
La Justicia condenó, en abril del año pasado, a 15 años a Pedraza y Fernández, como instigadores, en tanto que Favale y Sánchez fueron encontrados culpables de la autoría material de la muerte de Ferreyra,y recibieron una pena de 18 años.
El Tribunal, presidido por el juez Horacio Días, sentencio también a Pablo Marcelo Díaz (18 años de prisión); Jorge Daniel González y Salvador Pipitó (11 años cada uno) y Claudio Alcorcel (8 años).