Lewis Mumford fue un sociólogo e historiador del desarrollo científico y tecnológico contemporáneo. En sus libros es posible encontrar singulares análisis acerca de temáticas como el urbanismo, los procesos de evolución de las ciudades y una visión crítica respecto de la tecnología como elemento de dominación y control social y político.
Mumford nació en Flushing, Queens, distrito de la ciudad de Nueva York, el 19 de octubre de 1895.
Si bien es conocido por obras como La cultura de las ciudades o Técnica y civilización, es en sus trabajos interdisciplinarios donde se encuentran expresadas con mayor claridad y contundencia sus ideas respecto de las sociedades de la modernidad.
Breve semblanza
Como señala uno de sus biógrafos, “Lewis Mumford fue uno de esos intelectuales reticente a los cánones académicos, con una clara postura crítica respecto a los planes de estudio oficiales, principalmente los surgidos de instituciones estatales. Estaba dotado de una vocación autodidacta y era voraz lector con inquietudes múltiples”.
Sus trabajos liminares fueron ensayos críticos sobre arquitectura y urbanismo. En el año 1922 vio la luz La historia de las utopías y en 1924 Sticks and Stones.
Estos libros influyeron de manera inmediata en la generación de arquitectos europeos de vanguardia como Gropius y Mendelsohn.
Poco tiempo después Mumford tomó contacto con Frank Lloyd Wright, uno de los arquitectos estadounidenses más importantes de comienzos del pasado siglo XX sobre quien, en varias oportunidades, expresó que “sólo Wright podría salvar a la humanidad del caos urbanístico al que se aproxima, con un urbanismo mecánico, frígido, aséptico e inhumano”.
Mumford y Wright mantuvieron durante décadas un intercambio epistolar, aunque esta comunicación no siempre se dio en un tono de armonía dada la agudeza de los juicios y señalamientos del primero.
Interdisciplinar y erudito
Las obras de Lewis Mumford ponen en diálogo a una multiplicidad de disciplinas, que evidencian su estilo expositivo y reflexivo personalísimo. En sus libros aparecen elementos de arte, biología, estética sociología urbana e historia. Su último libro, El mito de la máquina, es la muestra más cabal de esto.
Como afirma un comentarista, “no en vano Lewis Mumford ha sido tildado de «último humanista del siglo XX» y «erudito entre los eruditos», si bien su humanismo forma parte de una intensa crítica y renovación de un término que él mismo consideraba caduco en su centuria. Curiosamente, y pese a las admiraciones que suscitó en vida por parte de artistas, políticos, intelectuales, poetas o psicoanalistas, fue un autor bastante olvidado en las décadas finales del siglo XX. Él mismo advirtió que su obra sería relegada al olvido porque causaría humillación y malestar a todo aquel hiperespecialista que intentara leer cualquiera de sus libros o artículos. En ciertos círculos de estudiosos de la arquitectura y el urbanismo siguió siendo obligatorio el conocimiento de este autor”.
“Pero afortunadamente –continúa– su obra se está recuperando en el siglo XXI y hoy circulan, además de Técnica y civilización, El mito de la máquina. Técnica y evolución humana y El pentágono del poder, así como La ciudad en la historia. Sus orígenes, transformaciones y perspectiva”.
Ideas principales
“A partir del año 1934 Lewis Mumford analizó exhaustivamente la cultura de las máquinas. En su trabajo investigativo, analiza de información histórica de variadas fuentes, y pone en relación los procesos evolutivos de diversas civilizaciones: Asia, Egipto, las culturas precolombinas, y de Occidente en sus distintas etapas históricas.
Ubicado en el enfoque macroestructuralista, se ocupó de estudiar cómo determinadas descubrimientos científicos e invenciones tecnológicas transformaron radicalmente las sociedades. Es el caso del reloj, que influirá en trabajos posteriores como el de David Landes, Revolución en el tiempo, de 1987”, agrega el analista.
En el libro Técnica y civilización, publicado originalmente en 1934 y traducido al idioma castellano en 1945, “Mumford propone quizás su noción más célebre: la de «megamáquina». Con ella describe cómo en el antiguo Egipto la construcción de las pirámides supuso poner en marcha, además de habilidades constructivas, toda una compleja burocracia organizativa del trabajo. La Segunda Guerra Mundial y el desarrollo de la bomba atómica son ejemplos de esa megamáquina en nuestro tiempo. L. Mumford consideraba que esta megamáquina encierra grandes peligros y es destructiva y escapa al control de los seres humanos. Su visión pesimista de la tecnología se ha extendido a otros autores, como L. Winner”.
Lewis Mumford “no abogaba por un rechazo radical de la tecnología sino por la separación entre tecnologías «de escala humana», que son aquellas que están acordes con la naturaleza humana y el equilibrio de los ecosistemas, y tecnologías «autoritarias», las que están en pugna, a veces violenta, contra los valores humanos. Por ello, sostiene la búsqueda una tecnología elaborada sobre los patrones de la vida humana y una economía biotécnica”, concluye el comentarista.
Estas concepciones se ubican en línea con la perspectiva anarquista y socialista libertaria de concebir las relaciones humanas y las propuestas, planteadas por referentes como Piotr Kropotkin desde el pensamiento social o Howard desde el urbanístico, con su idea de “ciudad jardín”, lo mismo que urbanistas tan importantes y clásicos del siglo XX como Le Corbusier.
Lewis Mumford murió el 26 de enero de 1990 en Amenia, Nueva York.
Su imperecedero legado es una extraordinaria herramienta para nuestra reflexión presente.