El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, afirmó que la crisis internacional «ha generado una desaceleración de la demanda externa», y destacó los esfuerzos del gobierno nacional para mantener los niveles de empleo en la industria, en referencia a un informe de la Universidad Torcuato Di Tella sobre caída del crecimiento económico de la Argentina.
En su habitual conferencia de prensa en Casa de Gobierno, Capitanich recordó que entre 2003 y 2014 la tasa de crecimiento argentino superó el 6 por ciento anual, aunque «hemos tenido diferentes etapas» por las sucesivas crisis internacionales.
En ese sentido, afirmó que «la economía mundial experimenta una fase de desaceleración muy marcada», como por ejemplo Europa que tiene problemas de desocupación y desaceleración productiva, mientras que China bajó del 11 al 7 por ciento la tasa de crecimiento y Brasil también tiene problemas.
Para el funcionario, Argentina «ha experimentado ese problema de crisis económica – financiera mundial y eso ha afectado el desenvolvimiento de la economía». «La caída de las exportaciones es un problema serio a partir de la menor demanda externa», agregó.
«No es neutral la crisis internacional», dijo el Jefe de Gabinete, y señaló que existe «una caída de las exportaciones por un problema de demanda externa», por lo que el gobierno implementó planes como Procreauto. «Hemos bregado por el sostenimiento del empleo en la industria», dijo Capitanich.
Por otro lado, el jefe de Gabinete ratificó que el Gobierno nacional está abierto a una negociación por la deuda pública que incluya al «100 por ciento de los bonistas».
«Sobre eventuales acuerdos o no, la posición que ha fijado la República Argentina es la misma de siempre. La Argentina manifiesta voluntad de pago, cumple regularmente sus compromisos y está dispuesta» a una negociación por la deuda en default, afirmó Capitanich.
Durante una conferencia de prensa que ofreció en la Casa de Gobierno, el funcionario sostuvo que las «condiciones de negociación» deben ser «justas, equitativas y sustentables».
Y señaló que debe incluir al «100 por ciento de los bonistas», en referencia a los llamados «holdouts», que implica alrededor del 7 por ciento de la deuda que entró en default en 2001.
Capitanich se pronunció de esa forma luego de que el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, aseguró que si el año próximo «se flexibiliza el pedido de los buitres», el Gobierno puede encarar una nueva negociación junto al resto de los holdouts para encontrar «una solución integral» al tema de la deuda.
«Si a futuro se flexibiliza el pedido de los buitres, alineado al resto de los acreedores en búsqueda de una solución integral, puede haber una respuesta. Hay una decisión política tomada por Argentina, y es no aflojar en esta estrategia que estamos siguiendo. No vamos a cometer el error de provocar una crisis cediendo en la posición que está sosteniendo el país en todos los foros internacionales», remarcó Vanoli en declaraciones periodísticas.
Así, el jefe de la autoridad monetaria dejó abierta la posibilidad de encarar una nueva negociación con los acreedores pero negó haber deslizado ante representantes de la banca extranjera que la Argentina llegará a un acuerdo en enero próximo.