En la mañana del viernes, dos hermanos de 74 y 88 años fueron víctimas de un secuestro virtual en la localidad vecina de Villa Gobernador Gálvez. Los llamados indicaban que la víctima era la nieta de la mujer y los falsos secuestradores amedrentaron a los ancianos haciéndose pasar por los autores de la balacera que el miércoles pasado terminó con la vida del Luis Ángel Bassi. El botín de este secuestro virtual fue la suma de 8.500 pesos y los pocos objetos de valor con los que contaba la dueña de casa.
En diálogo con El Ciudadano, José M., de 74 años, relató cómo se desencadenaron los hechos en la vivienda de J. Juárez al 1300, a metros de la céntrica avenida villagalvense San Martín. El hombre no vive allí, sino a unas pocas cuadras, pero casi todos los días visita a su hermana, María Lourdes M., de 88. Si bien el susto ya pasó, reconoció que en ningún momento pensó que el secuestro era una mentira.
Según su testimonio, el viernes sonó el teléfono fijo a las 6.45. José atendió como siempre que se encuentra en la casa, porque Lourdes “está un poco sorda”. Del otro lado, dos hombres se alternaban y le decían que tenían secuestrada a la nieta de la anciana. Uno parecía –por la voz– de más de 50 años y el otro mucho más joven. Enseguida, los falsos secuestradores pusieron al teléfono a una mujer que lloraba y gritaba sin parar. José recuerda que la chica le decía que les diera todo, que la iban a matar y que los hombres eran los mismos que, pocos días antes, habían matado al papá de Luis Orlando “El Pollo” Bassi, el sindicado narco procesado por el homicidio del líder de Los Monos, Claudio “Pájaro” Cantero.
José relató que estaba asustado y su hermana también. Los hombres tenían la dirección de la casa y la mujer al otro lado del teléfono no paraba de gritar. Durante un lapso de menos de media hora, los sujetos llamaron y cortaron varias veces dando indicaciones sobre cómo proceder. Así, evitaron que la línea telefónica quede libre para que los engañados pudieran hacer algún llamado que destape el ardid.
José tomó todo lo que encontró de valor y lo puso en una bolsa de supermercado. Su hermana le dio sus objetos más preciados: un reloj pulsera de oro de herencia familiar, una alianza, un crucifijo, alguna que otra joya y la suma de 8 mil pesos. Él tenía otros 500, que sumó al botín. Luego, salió a la calle y dejó la bolsa en un cantero de plantas ornamentales que está a pocos metros del ingreso a la casa. Cuando regresó a la vivienda, el teléfono volvió a sonar. Los hombres le dijeron que se había equivocado, que tenía que salir de nuevo y llevar la bolsa abajo del container de basura ubicado a unos 50 metros de la vivienda. Ellos, le avisaron, la iban a pasar a buscar en moto.
José volvió a salir, era muy temprano y en la calle no había nadie. Dejó el paquete y entró rápido sin darse vuelta. Se quedó escuchando sin animarse a mirar para afuera. Por teléfono, dijo a los supuestos secuestradores que él y su hermana habían hecho todo lo que pedían. En ese momento, José se dio cuenta de que la chica ya no gritaba al otro lado del teléfono. Preguntó qué pasaba con ella y le respondieron que se tranquilice, que ya estaba todo arreglado. Colgaron y el teléfono no volvió a sonar.
A los pocos minutos, José salió a la vereda y se encontró con los primeros vecinos que salían a trabajar. Y todo interlocutor a quien relataba lo que acababa de ocurrir le respondía que se había tratado de una mentira, un secuestro virtual, y que lo tendría que haber llamado para ayudarlo. Él se disculpó: estaba asustado y no sabía de estas cosas. Con el aviso de los vecinos, al poco rato los hermanos llamaron a la nieta de la anciana y comprobaron que estaba bien. La chica se llama Soledad, tiene 36 años y vive en el barrio Pueblo Nuevo de la localidad vecina. Luego del llamado, la muchacha acudió enseguida hasta la casa de su abuela para dejarla tranquila.
Cuando todo estaba aclarado, la familia realizó la denuncia y personal de la comisaría 26ª se hizo presente en el lugar para tomar declaración a los hermanos. Las actuaciones del caso se labran en dicha seccional con conocimiento de la fiscalía de turno. Voceros policiales indicaron que están en curso las investigaciones para establecer la identidad de los estafadores.