El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, aclaró hoy que la Argentina «no es un país productor, ya que no cuenta con el clima, altitud ni amplitud térmica» necesaria, y explicó que la elaboración sintética de cocaína «no es redituable, porque hay gran control sobre precursores químicos necesarios para cocinarla».
En tanto, Flavio Cuoco, director nacional de Prevención contra las Adicciones, salió a desmentir de plano que la Sedronar esté a favor de despenalizar el consumo de drogas.
«No estamos hablando de nada de eso. La Sedronar no propone ninguna ley de despenalización», aclaró Cuoco, y sostuvo: «Estamos en contra de lo que sea publicidad masiva de alcohol».
Ambos funcionarios disertaron en el Simposio sobre «Cómo prevenir el avance del narcotráfico», organizado por entidades sociales, universidades y la Iglesia, tras un pedido en ese sentido realizado por el Papa Francisco.
Berni indicó que «el problema es la gran extensión fronteriza con los principales productores de marihuana y cocaína, como Paraguay, Bolivia y Colombia, además de la frontera con Brasil que está aumentando su consumo».
Sobre la despenalización del consumo de drogas, Berni sólo dijo estar «convencido de que este modelo de persecución es un fracaso en todo el mundo», y propuso «generar los ámbitos de discusión necesaria para cambiar los paradigmas de lucha contra el narcotráfico».
Sostuvo que «se requieren actividades de prevención, conjuración y rehabilitación por parte del Estado, con control político de las fuerzas de seguridad, ya que el talón de Aquiles de la lucha con el narcotráfico es la autogestión de la policía, que genera corrupción».
«Es importante la participación ciudadana, a través de asociaciones barriales; también la incorporación de tecnología, radares, escáneres, laboratorios científicos que tenemos distribuidos en la frontera», sostuvo el funcionario.
Reclamó, además, «optimizar los recursos para la persecución penal», en el marco del primer panel «¿Cómo combatir el narcotráfico desde las Fuerzas de Seguridad y la Justicia?».
Por su parte, el padre José «Pepe» Di Paola alertó que existe una «ausencia del Estado» en las zonas «calientes» donde el narcotráfico opera.
El religioso sostuvo que en las villas de la Ciudad, del conurbano y en muchas ciudades grandes del interior no existe «contención» de ningún tipo y eso, subrayó, «es caldo de cultivo para la expansión de la droga».
«En las villas esto es muy evidente, desde hace décadas hay una fuerte ausencia del Estado y cuando el Estado no está, ese espacio lo ocupa el narcotráfico. Y así los sectores más pobres son las primeras víctimas», explicó el padre Pepe.
El padre Pepe dijo que «los chicos son los más vulnerables, porque son adictos en situación de calle y que sufren graves problemas de salud como son las tuberculosis, el Sida, que se incrementan y acotan la posibilidad de vida».
«Hay un doble desafío, porque es necesario tener más presencia y seriedad en las tareas que debemos llevar en las villas, porque hoy, la venta de droga y la venta de armas son allí los negocios que más crecen», explicó.