Un artista callejero con capacidades diferentes fue multado con más de mil pesos por faltarle el respeto a un agente de la Guardia Urbana Municipal (GUM), en un hecho ocurrido sobre la peatonal Córdoba durante febrero de 2008. Según la versión del cantor y guitarrista que se gana la vida mostrando su arte en la vía pública, un funcionario de la repartición municipal intentó moverlo del lugar donde estaba y, ante la negativa de retirarse, el agente lo acusó de abusar de su discapacidad.
Una chacarera entonada por Marcelo Moyano, de 37 años, artista callejero –“más callejero que artista”, según su definición, resuena en las puertas del edificio donde funciona el Banco Francés, sobre la peatonal Córdoba entre San Martín y Sarmiento. Llegado del barrio Triángulo, Marcelo lleva 8 años cantando en la peatonal su repertorio que, según cuenta, cubre seis horas sin repetición y reversiona desde al Chango Rodríguez hasta Jorge Rojas.
Sus capacidades diferentes –ceguera de nacimiento e incapacidad motriz adquirida tras un accidente a los 13 años– lo han llevado a militar por los derechos de aquellas personas con similares condicionamientos físicos.
Según contó Moyano, hace diez días recibió una multa de 1.040 pesos desde la Municipalidad de Rosario por “falta de respeto a la autoridad”. El origen de la falta se remonta a dos años cuando, en una tarde lluviosa, tuvo un entredicho con personal de la Guardia Urbana. “Según me dijo Omar, el agente de la GUM con el que tuve el problema, desde un departamento que hay arriba del banco (Francés) habían realizado una denuncia por ruidos molestos. Me pidió que me corriera pero estaba lloviendo. Le pedí que mirara al cielo”, recuerda Moyano. De acuerdo con el artista callejero, la respuesta textual del agente fue la siguiente: “Vos te abusás de tu discapacidad”. La discusión tomó temperatura y Marcelo, enojado con la apreciación del agente municipal, respondió: “¿Sabés por qué estás acá? Porque no te pueden echar y te mandan a ser GUM”.
Según lo que averiguó este diario, quien realizó la denuncia que originó el conflicto entre la GUM y el artista callejero es una mujer que vive en un departamento sobre el Banco Francés. La mujer también inició acciones legales contra la propia GUM porque entendió que no había cumplido con la tarea de echar al cantante de ese lugar.
Al tanto del conflicto, organizaciones no gubernamentales que abogan por los derechos de los discapacitados en la ciudad se mostraron indignados. “Es ilógico que se le haga una denuncia por una cuestión lógica como el ruido en la peatonal. Si vos vivís ahí, un cantor es mucho más agradable que el bullicio de la gente”, aseguró Bonamico, integrante de La Red.
“Una multa de este tipo es vergonzosa”, afirmó Marta Naviera, integrante de la misma organización. “Es una lástima que la GUM se dedique a esto cuando, yo vivo en zona de boliches y ahí no hace nada”, dijo.
Daniel Caliano, representante de Sin Barreras, también dijo lo suyo: “Es irrisorio que le pongan una multa, sobre todo teniendo en cuenta lo difícil que es para las personas discapacitadas conseguir y mantener un trabajo”.