“Una canción puede despertar conciencias y una bala puede apagarlas”, escribió alguna vez Andrés Calamaro. La frase sirve para presentar el libro “Un fusil y una canción”, de la periodista rosarina Tamara Smerling y del porteño Ariel Zak, quienes publicaron en Editorial Planeta la historia secreta de Huerque Mapu, la banda que grabó el disco oficial del grupo político Montoneros.
El libro será presentado el viernes a las 19 en el Centro Cultural Ross, Córdoba 1347, donde los autores estarán acompañados por doctor y profesor en letras Roberto Retamoso y la periodista rosarina Virginia Giacosa. La entrada es libre y gratuita.
Huerque Mapu: los mensajeros de la tierra, fue un grupo musical formado a instancias de Nicolás Casullo ante un pedido expreso y clandestino de Mario Firmenich y Roberto Queito, conducción nacional del movimiento. Corría 1973, y lo que se pretendía era armar un disco que contara las luchas contra la dictadura y el proceso que terminó con la vuelta de Juan Domingo Perón.
A partir de ese pedido, se fue gestando la reunión del grupo musical, donde la militancia se cruzaba con la música, y en algunos casos, debían elegir entre los ensayos y el trabajo obrero, un grupo con sensibilidad de lo latinoamericano, con una poesía que cifraba la preocupación urgente, con un sonido folk recreado a base de instrumentos indígenas.
Zitarroza rememoró una participación junto al grupo: “En ellos sobrenadan motivaciones y anhelos, el amor a lo bello por sobre el autoprecio, la certeza de un deber por sobre el propósito de lucir mejor, porque puede considerarse a Huerque Mapu como un conjunto de cámara abordando la temática popular, con todos sus riesgos, entre ellos el de rimar el contrapunto con la quena y el triple con el bajo continuo de un violoncello”.
El grupo llegó a editar cuatro discos, entre ellos «Montoneros, Cantata Montonera» de 1974 y llenaron teatros importantes. Tras algunas detenciones de sus integrantes, después de la militancia y posterior clandestinidad, los Huerque Mapu se exiliaron en España y Francia, a comienzos de 1977.
La recuperación del olvido de la banda trae aparejada la preciosa historia que Smerling y Zak relatan con clima de tensión no sólo de los recorridos de una banda, sino también del devenir de los músicos que tomó decisiones importantes en un momento clave, en constante tensión entre el arte y la política.