El retiro de Rosario de unos 1.400 agentes de fuerzas federales tuvo ayer fuerte repercusión en el ámbito político. Desde el municipio y el gobierno provincial buscaron desdramatizar la situación y señalaron que la región seguirá teniendo una “fuerte presencia” de gendarmes y prefectos. Así admitieron que esos agentes ya no patrullarán más los barrios, pero seguirán controlando los accesos por las rutas nacionales, habrá puestos fijos en avenida de Circunvalación y (en el caso de Prefectura) vigilancia en los puertos. En tanto, el secretario de Seguridad de la administración central, Sergio Berni, anunció que estará el lunes en la ciudad para ponerle fin al “operativo” que se desplegó estos ocho meses.
El retiro de gran parte de los gendarmes y prefectos que llegaron en abril del año pasado terminará de concretarse en dos días. Desde el 23 de diciembre se han ido unos 900 y se estima que este lunes se oficializará la salida de otros 500. Así, quedarán en Rosario unos 600 agentes federales.
Será el propio Berni quien arribe para ponerle punto final a la movida nacional que tuvo por fin comenzar a “pacificar” los barrios más conflictivos y bajar los índices de violencia, los cuales se han disparado notablemente desde el año 2012. “No es un retiro absoluto, pero sí dejan Rosario todos los efectivos que han ido a reforzar los patrullajes”, explicó ayer el funcionario en declaraciones a la emisora local Radio 2.
Lo cierto es que la partida siguió ayer siendo asunto de la agenda política y dando que hablar a las autoridades locales y santafesinas. Los voceros de esos gobiernos buscaron desdramatizar la situación e imponer una propia mirada al señalar que la presencia de las fuerzas federales seguirá teniendo alta relevancia en materia de controles en la región.
En diálogo con El Ciudadano, el secretario de gobierno municipal, Fernando Asegurado, dijo que, a pesar del retiro, el número de agentes nacionales en la ciudad seguirá siendo “importante”. “Si sumás los 750 gendarmes que habrá (el funcionario entregó una cifra superior a la que anteayer habían mencionado desde la provincia) y los prefectos te encontrás con más de mil efectivos. Eso no es poco”, señaló el funcionario.
Tras eso, mencionó que la idea es seguir trabajando de forma coordinada con los uniformados federales en el control de los accesos a Rosario por las rutas nacionales, los puestos fijos en avenida de Circunvalación, el entorno de las universidades públicas y (en el caso de Prefectura) los bordes de arroyos e ingreso a los puertos.
También está previsto que se sostenga el convenio con el Ejecutivo local para realizar fiscalizaciones vehiculares dentro de la ciudad.
Sin pedido oficial
En tanto, ayer la intendenta Mónica Fein sostuvo en una de sus apariciones públicas que el municipio seguirá “dialogando con Nación para tener la mayor cantidad posible de efectivos federales”.
En un principio las declaraciones de la mandataria habían dejado entrever que podrían existir gestiones para que se retiren menos agentes de lo previsto. Sin embargo, Asegurado descartó que hoy existan conversaciones formales para eso.
“Nosotros vamos a evaluar cómo sigue el proceso y monitoreando la situación. Y, en ese marco, como ciudad vamos a actuar y plantear los requerimientos que sean necesarios para el bien de los rosarinos. Pero eso se verá más adelante”, señaló.
Berni también fue consultado sobre si existen contactos oficiales para que la partida se revea. Pero el secretario nacional fue tajante en su respuesta. “No hablé con Fein pero no es una cuestión de gestión. Rosario lo que necesita es cambios importantes en la Policía”, expresó el dirigente.
Este medio tuvo contacto además con el secretario de Seguridad santafesino, Gerardo Chaumont.
El funcionario reiteró que el gobierno provincial tenía consensuado con Nación el fin del operativo especial y que eso se está dando sin conflictos.
“Hace semanas que se vienen entregando sectores de Rosario a la Policía de Santa Fe. Los gendarmes seguirán estando, pero es cierto que ya no para el patrullaje interno en los barrios”, admitió.
Tras eso, Chaumont se negó a hablar de números concretos en torno a los efectivos que se van y los que se quedan. “Esos datos son un poco sensibles. Sería darles a los delincuentes información calificada”, concluyó.
Balance y dudas que dejan la retirada
La reorganización de las fuerzas federales en la ciudad despertó incertidumbre en distintas organizaciones que nuclean a quienes están más expuestos a hechos delictivos.
En declaraciones a distintos medios, el titular de la Unión Tranviarios Automotores (UTA) local, Manuel Cornejo, sostuvo en torno a lo que se viene: “Hay que esperar, no hay que perder la confianza, la Policía hace lo que puede”.
Sobre las tareas desarrolladas por Gendarmería, indicó: “No cambió mucho el tema, los robos se siguen dando, sólo hubo mejoras el primer y segundo mes, estuvo un poco calmo pero después los robos siguieron”.
Por su parte, el representante de los peones de taxis, Horacio Boix, lamentó el retiro de efectivos federales y consideró: “Sería bueno que se quedaran” en la ciudad”.
Por su parte, Ricardo Diab, de la Asociación Empresaria de Rosario (AER), indicó: “Gendarmería mejoró el tema (de la inseguridad) pero no está terminado”, y pidió paciencia: “Debemos esperar, darle tiempo a lo que se ha preparado (desde la Provincia) y ver si sirve como restitución a la retirada de las fuerzas federales”.
“De nuestra parte le damos un período de gracia. Si no sirve, pediremos de nuevo un refuerzo de fuerzas federales”, agregó.
Giuliano y un crudo diagnóstico
El presidente de la Comisión de Seguridad del Concejo, Diego Giuliano, hizo un crudo diagnóstico ante la retirada de los 1.400 agentes federales.
“Estamos en un punto de inflexión histórico: o tenemos la misma experiencia de Méjico y de Colombia o hacemos un cambio profundo y recuperamos el mando de nuestra fuerza policial e invertimos recursos económicos y humanos para bajar estos niveles de violencia. Esperamos que la permanencia de Gendarmería durante 9 meses en la ciudad haya sido una oportunidad para un verdadero cambio y no una pérdida de tiempo para regresar adonde habíamos empezado”, manifestó el edil justicialista.
Para Giuliano, “hasta el día de hoy, no se puede hacer un balance positivo, por más que la intendenta crea que hemos mejorado en materia de seguridad. Parece ofensivo hablar de una mejora y de un cambio cuando la ciudad cuenta con 15 homicidios menos en relación al 2013, después de la intervención de 2000 efectivos federales”.
“Hace 9 meses que venimos planteando qué iba a pasar el día después de que se retirasen las fuerzas federales de la ciudad. La Gendarmería intervino en abril y esto significó un alivio para muchos barrios como lo fue también para el mismo gobernador y la intendenta”, agregó el concejal justicialista.