Finalizó la pretemporada en Necochea y tras tres semanas de trabajo se puede hacer un análisis de cómo está Newell’s de cara al debut en el torneo ante Independiente que sería el sábado 14 de febrero.
Como era lógico de esperar, la llegada de Américo Gallego provocó cambios profundos, no sólo en la preparación del plantel sino además en el estilo de juego. El Tolo fue parte de un cambio que se creía necesario y en este inicio hay puntos que lo diferencian abiertamente del proceso anterior, y si bien aún es posible una evaluación profunda hasta que la Lepra comience a jugar por los puntos reales, a esta altura es posible marcar diferencias:
Puntos salientes:
No hay dudas que la preparación física del profe Rubén Olivera es de alta exigencia. El cuerpo técnico entendió que una de las flaquezas del plantel en el torneo anterior fue la parte física y por eso encaró un trabajo de pretemporada intenso. En 11 días de trabajo en Necochea hubo cuatro jornadas de triple turno, cuatro de doble trabajo, dos amistosos y sólo un día de descanso. Y si bien esa alta exigencia se trasladó a algunos futbolistas que tuvieron sobrecargas musculares (Ezequiel Ponce, Oscar Ustari, Ezequiel Unsain, Cristian Díaz, Mauricio Tevez, Marcos Cáceres), la mayoría de los jugadores coinciden que se sienten mejor físicamente y que necesitaban una pretemporada con mayor rigor.
Desde lo futbolístico Gallego tuvo algunas buenas noticias. Sin dudas la más importantes que que pudo mantener en el plantel a Milton Casco, a quien el Tolo imaginaba transferido, Víctor Figueroa, una pieza clave para la estrategia del DT, y Ezequiel Ponce, quien fue vendido a Roma pero se quedará todo el año. No hay ninguna duda que estos tres jugadores fueron los mejores refuerzos para el Tolo. En cuanto a los que vinieron, Hernán Bernardello fue la incorporación más resonante y está demostrando en los amistosos el por qué, Nehuén Paz pinta para ser titular, Luciano Pocrnjic es un suplente muy confiable para Ustari, y Juan Neira llegó para ser una alternativa desde el banco.
El esquema táctico: Gallego tiene en la cabeza dos dibujos, el 442, que imagina para los partidos más complicados o para cerrar aquellos cotejos donde la Lepra esté en ventaja, y un 4231 más ofensivo que probó mucho en la pretemporada de Necochea, incluído los dos amistosos ante Belgrano (1 a 0) y Nueva Chicago (4 a 0). En ambos casos el doble cinco no se modifica y el Tolo prefiere tener un equipo compensado atrás, donde nunca deben quedar menos de cuatro jugadores en defensa. El equipo dejó de lado el «posesionismo» y ahora apuesta a presionar alto con los jugadores más ofensivos en busca de tener la pelota cerca del área rival. Las proyecciones de los laterales son alternadas y siempre se queda un volante central en la contención. El 4231 ganó terreno en la pretemporada, con Figueroa como pieza importante en la posición de enganche, con Tevez y Maxi por afuera y Nacho como nueve. En ese dibujo, el Tolo puede sumar a Ponce como centrodelantero y retrasar a Scocco y tiene alternativas de recambio como Neira, Alexis Castro, Vieyra, Leandro Figueroa, Martín Tonso o el juvenil Joaquín Torres. Hoy resulta más complicado imaginar un esquema 442, ya que Newell’s no tiene un carrilero derecho (el único sería Orzán) y el Tolo debería improvisar en esa posición con Maxi Rodríguez, Figueroa o Castro.
Faltan algunos refuerzos: Gallego insiste en la necesidad de sumar algunos jugadores más al plantel. El pedido del carrilero derecho es lógico y por eso la dirigencia se está moviendo para tratar de complacerlo y en estos días el jugador apuntado es Gabriel Graciani, quien no tiene mucho lugar en Estudiantes. El Tolo también quiere un zaguero más, aunque en este caso los directivos entienden que sólo se justifica la negociación si el jugador es un proyecto a futuro o no demande una erogación monetaria importante. Hay un defensor chileno joven recomendado por Jorge Sampaoli por el cual se hizo un sondeo, pero aún no hay nada concreto. El DT tampoco vería con malos ojos sumar un volante central con juego y por eso aún no descarta a Matías Cardaccio. La preocupación de Gallego es que Diego Mateo no podrá ser tenido en cuenta en la primer parte del año y las alternativas a la dupla Bernardello-Villalba no son muchas (el juvenil Silva o Alexis Castro).
Siguen las lesiones: a la conocida situación de Diego Mateo, que será evaluado esta semana para ver si puede al menos comenzar a trotar, en la pretemporada se sumaron dos situaciones que complicaron a Gallego. Víctor López llegó de las vacaciones con una distensión muscular y recién esta semana intensificó sus tareas físicas, por lo que perdió terreno futbolístico y hoy aparecería detrás de Nehuén Paz para el debut ante el Rojo. En tanto Ezequiel Ponce sintió dolor en el pie derecho que lo dejó afuera todo el semestre pasado y si bien no hay lesión comprobada, por precaución, el cuerpo técnico no lo exigirá hasta la próxima semana. Así, el delantero se perderá la mayoría de los amistosos y no suena lógico que inicie como titular. Por otra parte la sobrecarga muscular que aqueja a Marcos Cáceres es otro dolor de cabeza para el Tolo y hay temor en el cuerpo técnico que el lateral paraguayo tenga otro año con poca continuidad a partir de problemas físicos.
El grupo aceptó el cambio: una preocupación de la dirigencia y del propio entrenador era la reacción del plantel ante los cambios de entrenador, preparador físico e incluso médico, pero los primeros días de convivencia fueron una buena señal. El Tolo mantiene charlas continuas con Maxi Rodríguez y los referentes, que se muestran conformes y adaptados a los cambios. «Era necesario un cambio en todo sentido, creo que este proceso va a ser positivo», le comentó a El Hincha un referente en Necochea, dejando en claro que el grupo también consideraba que había que cambiar.
Scocco quiere revancha. No hay ninguna duda que la gran decepción del semestre pasado fue Ignacio Scocco, por quien Newell’s hizo una fuerte apuesta para comprarle el pase a Sunderland y entre lesiones y bajos rendimientos tuvo un torneo para el olvido. Nacho lo sabe y se lo nota con ganas de revancha. Y Gallego también considera que será una pieza clave y por eso tuvo una preparación física especial, para que el físico acompañe a sus deseos de revertir la situación. Por lo pronto haber anotado en ambos amistosos, un gol ante Belgrano y dos ante Chicago son buenas señales desde lo anímico, aunque la verdad será a partir del 14 de febrero cuando enfrenten a Independiente.
La personalidad de Gallego. Sin dudas el carácter de Américo Gallego es un punto que no puede pasarse por alto. El Tolo es un DT ganador, pero su última experiencia negativa en Independiente lo golpeó y por eso este proceso en el Parque lo toma como una posibilidad de reinsertarse en un medio que muchas veces condena por los últimos resultados sin importar el pasado. «A veces te asusta con los gritos, pero cuando te acostumbrás es de gran ayuda, porque te mantiene siempre despierto», confesó el juvenil Mauricio Tevez. A diferencia de los dos últimos procesos Gallego es un entrenador que se manifestará fuerte desde el banco de suplentes. Habrá que ver si este estilo de dirigir produce cambios positivos en el equipo.
Los objetivos. El formato de nuevo torneo de 30 equipos tiene desconcertado a todos y plantearse un objetivo a corto plazo resulta complicado. La idea del cuerpo técnico es mantenerse en el lote de los cinco primeros, que a la larga serán los que peleen el torneo o el ingreso directo a la Libertadores. Un partido que está marcado con fuego en el fixture es el clásico, pero al jugarse recién en la fecha 18, luego del receso de invierno por la Copa América, hoy no es una preocupación para el Tolo que sabe que para ese momento el equipo ya va a tener el rodaje necesario. La única preocupación, al no tener otra competencia, es que el equipo no logre encaminarse en el torneo y el clásico pase a ser el único objetivo fuerte del año.