Casi 10 millones de griegos votarán hoy para decidir los 300 escaños de su Parlamento, en una jornada electoral que comenzará a las 7 y terminará a las 19 (14 de Argentina) y que es crucial tanto para Grecia como para sus socios europeos.
El favorito para ganar es el partido izquierdista Syriza, coalición liderada por Alexis Tsipras, que según los últimos sondeos alcanzará la victoria frente al conservador y gubernamental Nueva Democracia, del premier Antonis Samaras, con un margen de entre el 5 y el 10 por ciento.
Tras una campaña electoral polarizada, los líderes políticos griegos dedicaron la jornada de reflexión, ayer, a reuniones informales con los periodistas y a visitas a los centros electorales de sus partidos.
“Las mejores decisiones se toman consultando la almohada”, contestó Tsipras a la pregunta sobre la persona que su partido propondrá tras las elecciones como candidato a la presidencia de la República,aspecto que fue el detonante de esta convocatoria electoral.
Al ser consultado sobre si llevará corbata cuando sea primer ministro, Tsipras contestó que la llevará “cuando haya una quita de la deuda griega”.
Los últimos sondeos dan a la formación que lidera Tsipras una intención de voto de entre el 30 y el 35 por ciento.
En tanto, el primer ministro griego, Samaras, se mostró confiado en dar vuelta las tendencias y ganar ayudado por “el 14 por ciento de los indecisos”, según él mismo subrayó.
Samaras visitó la carpa que tiene instalada su partido en la céntrica plaza Syntagma, frente al Parlamento, donde un centenar de militantes y varios periodistas lo estaban esperando.
“Somos fuertes. El 14 por ciento de los indecisos está con nosotros”, pronosticó Samaras pese a que las encuestas no lo acompañan.
Por su parte, el líder del socialdemócrata Pasok y vicepresidente del gobierno, Evangelos Venizelos, acudió a un restaurante frente al mar donde tomó ouzo (licor típico griego), en Salónica, donde se presenta como candidato.
Venizelos pidió a los griegos que voten con sangre fría y que reflexionen sobre su voto.
Su fuerza compite por un tercer lugar con Amanecer Dorado.
Todos los candidatos cerraron su campaña anteayer y se preparan para una elección de gran importancia para Grecia y toda Europa porque podrían modificar el escenario actual según la relación que un eventual gobierno de Syriza plantee frente a los organismos internacionales de crédito.
Parados en veredas distintas
El actual premier griego, el conservador Antonis Samaras, durante toda la campaña criticó a Alexis Tsipras por “no querer salir del rescate”, ni querer el dinero o las inversiones. Por su lado, el opositor buscó neutralizar la incertidumbre de un cambio abrupto en el panorama económico, de un “caos”, tal como lo presentaron los especuladores financieros de toda Europa.
Tsipras hizo hincapié en que un futuro gobierno suyo reconocerá los objetivos fiscales fijados por los tratados europeos, pero no los acuerdos firmados por el ejecutivo anterior con la troika porque, dijo, “la austeridad no está en los tratados” de la Unión Europea (UE).
Y pidió que lo voten para asegurarse la mayoría absoluta y devolver así a Grecia “la autonomía en Europa” para asegurar “la salvación social y para restaurar la dignidad”.
Samaras, por su parte, prometió revertir las “injusticias” económicas que se “tuvieron” que cometer en los últimos años. El conservador aplicó estrictamente las “políticas de austeridad” exigidas por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), que había criticado durante los años anteriores.
Amanecer neonazi
El tercer lugar se lo disputarán el partido centrista To Potami (El Río), que, según las encuestas, recibe entre el 5,1 y el 7 por ciento de los votos, y el partido neonazi Amanecer Dorado, entre el 5 y el 6,8 por ciento. Muy cerca estarán los socialistas del Pasok. Su líder, Evangelos Venizelos, advirtió contra la posibilidad de que “el tercer mandato de gobierno vaya para Amanecer Dorado”.