El viernes por la noche en el escenario Atahualpa Yupanqui de Cosquín la delegación de Santa Fe volvió a decir presente en lo que fue la séptima luna de la 55ª edición del Festival Nacional de Folclore más importante del país. Y lo hizo con una propuesta cultural que cruzó geografías y tiempos, y se permitió representar la multiplicidad de una provincia con la diversidad y emoción de un grupo –con mayúsculas– que floreció con la fuerza vital del “querer”.
La cultura se hace grande cuando hay afecto y amor; cuando las búsquedas y compromisos por descubrir emergen en sintonía, y la creatividad florece materializada en expresiones diversas. La cultura se hace grande cuando nos atrevemos a mirar con ojos de niños y reencontrarnos como adultos; cuando se deja de pensar en el tiempo como algo determinante, se sabe la muerte y por tanto se vive la vida plenamente. La cultura se hace grande cuando la diversidad le gana la pulseada a lo homogéneo y la memoria triunfa sobre el olvido y el miedo. La cultura se hace grande cuando cada persona se piensa colectivamente y “quiere”, “cree” y “crea” pensando en los demás.
Desde 2010 Santa Fe cuenta todos los años con una delegación oficial que la representa en este festival, quizá el más importante encuentro de la música popular que tiene el país.
Un acierto de gestión que en las últimas dos presentaciones los artistas que llegaron a esta instancia hayan sido seleccionados a través del programa Querer, Creer, Crear (ver aparte) que, organizado por la Secretaria de Programación Sociocultural y Educativa del Ministerio de Innovación y Cultura, recorrió toda la geografía para poner en valor el trabajo de cientos de artistas en el extenso territorio.
Y es que bastaba ver el compromiso de esos jóvenes y adolescentes provenientes de localidades distantes como Carcarañá, Gálvez, Armstrong, Sunchales, Villa Gobernador Gálvez, Santa Fe y Rosario en la mañana del gran día ensayando junto con sus coordinadores, “perdiéndole el miedo al escenario”, decían entre bambalinas. Era el primer contacto con aquel faro que hacía más de un año había empezado a dibujarse, difuso.
“La cultura es una política de Estado”, había dicho la Ministra de Innovación y Cultura, María de los Ángeles González, en conferencia de prensa antes de la presentación de la Delegación. Y es que, a veces, para llegar al creer –y mucho más al crear– debe haber un terreno fértil que cree o al menos propicie el creer.
Sus palabras cobraban sentido cuando se veía a esos artistas de todos los rincones de la provincia haciendo honor a la cultura y –gracias a ese programa que confió en ellos–, cumpliendo sueños, explotando la creatividad y vocación que tenían dentro y devolviendo esa confianza con arte: un canto a su tierra natal, a la democracia y a la no violencia que nutrió con esperanza la Plaza y se expandió a miles de argentinos en la platea y todo el país.
“Hicimos un país dentro de otro con pedazos de cielo y una estrella, con un río poderoso como un potro” expresaba la proyección introductoria (a cargo de Ariel Papich y con voz de Patricia Dibert) que se podía ver y oír desde todos los rincones a través de las pantallas en la colmada Plaza Próspero Molina y que, pasadas las 23.15 se disponía a abrir la presentación.
Al tiempo que invitaba a viajar por cielos, ríos, poblados y ciudades, la danza y la música ofrecieron un mapa para reconocer a los pueblos originaríos, a los inmigrantes, y a los que labraron la tierra con sus oficios rurales.
“Santa Fe de oro”, de la guitarrista y compositora rosarina Perla Aguirre, dio el puntapié a un set de canciones que, a lo largo de sus casi treinta minutos, brilló en su puesta (de Enrique Gabenara), vestuarios (Ramiro Sorrequieta) y dirección musical (Claudio Bolzani) dentro de un gran equipo que tuvo al periodista Marcelo Nocetti como coordinador general.
“Gringo no te calles todavía”, con música de Enrique Llopis, rememoró la inmigración de los colonos que poblaron la Santa Fe agraria anticipando el cielo industrial retratado en “Dios y el Diablo en el taller”, tema de Adrián Abonizio que interpretó con estos jóvenes músicos santafesinos.
“Las dos Juanas” de Chacho Müller expresó uno de los momentos más emotivos de la velada hablando de los que educaron a los niños santafesinos, y la puesta cerró con una obra del maestro Ariel Ramírez que, a través de “Antiguo dueño de las flechas”, dejó un eterno homenaje a los pueblos originarios con una despedida a puro aplausos que puso de pie a toda la Plaza.
Aún permanecen en la memoria de muchos aquellas presentaciones en honor a Ariel Ramírez y las Mujeres Argentinas con las que Santa Fe supo mostrarle al país su visión del mundo. Ahora, con similar impronta, se volvió a apartar de lo más comercial que suele ofrecer el festival para hacerle un homenaje a su tierra diversa, al trabajo de sus habitantes de todos los tiempos que “haciendo su provincia hicieron la Patria”.
La séptima luna coscoína
La séptima luna coscoína comenzó a lo grande con el santiagueño Raly Barrionuevo quien celebró la música popular con un repertorio de sambas y chacareras. Ovacionado por el público dejó encendido el escenario a la coplera salteña Mariana Carrizo, quien con sus letras comprometidas con la libertad y los derechos humanos anticipó la llegada de Santa Fe. Además de la participación de estos artistas, durante la séptima luna coscoína –una de las más convocantes del festival– salieron al máximo escenario, entre otros, el santafesino Orlando Veracrúz, Luciano Pereyra y las formaciones Amboé y Guitarreros.
Querer, Creer, Crear
El Querer, Creer, Crear nació con el fin de crear redes y articular la actividad de los actores culturales de las regiones santafesinas promoviendo encuentros participativos, en cuyo marco artistas de una región muestran sus trabajos e intercambian experiencias articulando sus actividades para potenciar su alcance. Hasta el momento el programa recorrió más de un centenar de localidades y para fin de año llegará a cerca del doble. “Hay una cantidad enorme de gente que hace las cosas con alegría, responsabilidad y honestidad”, dijo durante la conferencia de prensa el director musical de la delegación, Claudio Bolzani.