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Una ola de robos que no se enfría

La cámara que nuclea a los propietarios de heladerías volvió a pedir reuniones con funcionarios de seguridad ya que aseguran que persisten los actos delictivos que tienen como blanco a ese rubro. “En el último año y medio hemos tenido muertos”, dijeron.

Ante el nivel de violencia y la repetición de hechos delictivos que padecen, los integrantes de la Cámara Industrial y Comercial del Helado Artesanal de Rosario volvieron a solicitar una reunión con funcionarios del Ministerio de Seguridad de la provincia para buscar una urgente solución a la situación. “En el último año y medio hemos tenido muertos adentro de las heladerías en el marco de asaltos. Esto es algo que no podemos tolerar más y ahora estamos soportando un recrudecimiento de los mismos. Estamos más que preocupados”, dijo Diego Cantarello, vocero de la asociación.

La solicitud de un encuentro ya fue enviada al propio secretario de esa área de Gobierno, Gerardo Chaumont, con quien ya dialogaron cara a cara a principios de diciembre del año pasado.

Desde la cámara insistirán en la colocación de un botón de pánico, un incremento en los patrullajes –principalmente después de las ocho de la noche– y en compartir los costos con el Estado de los adicionales que suelen pagar para tener personal de vigilancia en cada uno de los comercios.

“Los que pueden, claro”, aclaró el empresario.

Lo que más preocupa a los heladeros es que los hechos se dan cada vez con mayor violencia en el interior de los locales. “Hace poco le gatillaron tres veces a un empleado en la cabeza y por una cuestión del destino la bala no salió disparada. Estamos hablando de situaciones muy traumáticas”, añadió.

Objetivo apetecible

Hay que recordar que las heladerías se manejan casi en su totalidad con dinero en efectivo, por lo que son un botín fácil y preciado por los delincuentes. “Lo que pasa es que después de las ocho de la noche somos prácticamente los únicos comercios de estas características que quedan abiertos y quedamos muy expuestos”, recordó.

“El heladero que puede contrata adicionales para tener seguridad. El tema es que sólo pueden hacerlo aquellos que tienen los recursos porque es carísimo. Además se pueden generar situaciones complicadas como hace un tiempo que entraron a robar, había una persona haciendo seguridad y terminaron a los tiros con el riesgo que eso significó para todos los que estaban en el lugar”, añadió.

La frase sobre las muertes en esos comercios suena fuerte, más cuando se piensa en un ámbito inocente y de esparcimiento familiar como son las heladerías. “En el último año y medio hubo gente que falleció en situaciones de robos. Tuvimos el caso de un empleado al que le pegaron un tiro en el estómago. Esto es algo que era impensado hace tiempo atrás”, se lamentó el dirigente empresario.

“Entre las cosas que pedimos que se implemente está el botón de pánico en cada uno de los comercios. Pensamos que se trata de un sistema eficiente y que ayudaría incluso a la policía ya que muchas veces se quejaron por la cantidad de llamadas no válidas que reciben. En este caso, quien toque el botón de pánico se hará responsable, por lo que nadie lo va a tocar porque sí”, añadió.

Por último –y al ser consultado sobre si los hechos ocurren en un determinado sector de Rosario–, Cantarello recordó que se repiten “a lo largo y ancho de toda la ciudad”.

“Pasa tanto en el centro como en el resto de los barrios. En el transcurso de los últimos días tuvimos un robo en barrio Martin, otro en la zona oeste y dos en la zona sur. La modalidad es siempre la misma: aparecen dos o cuatro personas en una o dos motos y mientras algunos se quedan afuera esperando, los otros son los que roban adentro usando armas y dirigiéndose primero a la caja y en muchos casos después a los clientes. Suelen golpear a la gente porque están muy nerviosos y también llegan a encerrarla para poder trabajar más tranquilos”, describió Cantarello.

“Tenemos también varios casos de empleados que no quieren volver a trabajar por el trauma que les dejó esa clase de situaciones. Realmente esto no da para más y es por eso que pedimos alguna solución porque todavía no la hemos visto llegar”, concluyó.

Un problema que lleva varios encuentros sin soluciones

En la reunión que mantuvieron en diciembre del año pasado con el secretario de Seguridad, Gerardo Chaumont, éste les prometió a los integrantes de la Cámara Industrial y Comercial del Helado Artesanal de Rosario, entre otras cosas, la colocación de dispositivos electrónicos como el botón de pánico para ser utilizado frente a los robos.

Según los heladeros la promesa quedó en la nada ya que no se cumplió.

En realidad, el derrotero de los comerciantes del rubro por la cuestión inseguridad lleva años sin respuestas: ya se reunieron con anterioridad con antecesores de Chaumont como Marcos Escajadillo y Matías Drivet y también mantuvieron un encuentro con ediles en el Concejo Municipal.

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