Puede que haya perdido competitividad electoral a fuerza de las derrotas que lo golpearon en los últimos años, pero el justicialismo santafesino tiene entre manos uno de los mejores guiones de suspenso (político) que se haya escrito en mucho tiempo, donde a la trama central la asiste un ramillete de tramas subsidiarias que del día a la noche pueden pasar a ser la principal.
María Eugenia Bielsa estira el suspenso hasta el final con el temple de una actriz de telenovela. La lógica indica que si llegó hasta acá es porque quiere ser candidata a gobernadora. Que lo sea es otra cosa. En ese sentido, en el peronismo la mitad dice que será y la otra mitad que no. Algo está claro: si logra un acuerdo con la Casa Rosada, será candidata única del Frente Justicialista para la Victoria o cual sea el nombre de la alianza.
La trama se acerca al final. El viernes que vienen se inscriben los candidatos ante las autoridades de cada partido, y 72 horas más tarde se las oficializa ante el Tribunal Electoral. Allí se revelará buena parte de las intrigas que tienen a maltraer al peronismo y aliados.
Fuera de las expectativas en torno a Bielsa, Agustín Rossi es el único que se anticipó a poner candidatos con nombre y apellido en la mesa. En el peronismo se da por hecho que Bielsa le puso bolilla negra a todo ese sector, en especial al presidente de la Cámara de Diputados Luis Rubeo, que aspira a renovar su banca de diputado. En ese contexto el ministro de Defensa prefirió anticiparse por si lo quieren de pato de la boda.
Los demás, como el secretario de Transporte Alejandro Ramos o el diputado nacional Omar Perotti, siguen en carrera a la Gobernación, manifiestan su intención de ser candidatos, pero no se lanzaron formalmente como Rossi hizo con su discípulo Leandro Busatto.
Perotti, por caso, tiene chances de ser tanto el vice de Bielsa como el candidato a gobernador si no es ella. Si resulta esta última, el planteo es similar en cuanto a la necesidad de que haya una única fórmula que evite la dispersión. La pregunta es: ¿puede Perotti aparaguar a todo el peronismo como Bielsa? La respuesta se conocerá en no más de siete días.
El Frente
Los próximos días son a todo o nada. Quien no consiga colar su nombre en alguna lista antes del 16 estará afuera, al menos de cargos electivos, hasta dentro de dos años, o de cuatro, según se trate. Las negociaciones serán hasta último momento, y un poquito más también.
Las tramas del gobernante Frente Progresista y el desafiante PRO resultan bastante menos dramáticas que las del peronismo.
Ambas fuerzas hace tiempo que definieron estrategia, ya sea en la unidad o en la interna.
En el Frente Progresista las candidaturas a gobernador de Miguel Lifschitz y Mario Barletta estructuran los dos espacios que dirimirán en las primarias de abril las candidaturas que el Frente ofrecerá en las generales de junio para continuar en el gobierno.
La postulación de Lifschitz está anclada en capital político propio (que lo hace fuerte en el sur provincial) y un poderoso respaldo territorial que las gestiones de Hermes Binner y Antonio Bonfatti construyeron a lo largo y ancho de Santa Fe. Lifschitz es el candidato de la Casa Gris, y por lo tanto tiene la vidriera principal y volumen de adhesiones cruzadas dentro del Frente Progresista. Su misión es incrementar conocimiento e intención de voto para saltar del segundo al primer lugar en las encuestas.
Barletta, en tanto, expresa el proyecto radical que gobierna ciudad de Santa Fe, a socialistas disidentes, radicales convencidos de que valen más de lo que les dan y la Coalición Cívica. La pata en Rosario de este armado es Pablo Javkin, que disputará la intendencia a Mónica Fein. A pesar del contrapeso que le significan Elisa Carrió y su desvergonzada alianza con Macri, Javkin aspira a validarse como referente de buena parte de los radicales de la ciudad. El salto de Jorge Boasso al PRO le liberó la carretera.
Mónica Fein formaliza mañana la candidatura a la reelección en el Patio de la Madera.
Un racimo de listas de concejales confluirá con ella: la oficial con Horacio Ghirardi a la cabeza y seguido por Enrique Estévez (dirigente socialista hijo del líder partidario Guillermo Estévez Boero). El tercer lugar está abierto a definiciones con sectores radicales aliados, donde se evalúa la conveniencia de ir en conjunto o con listas separadas, como lo harán el PDP (con Aldo Poy) y quizás el GEN.
Este espacio que lideran Binner, Bonfatti y Lifschitz también tiene definidas las candidaturas a senador de los departamentos de mayor peso. Miguel Cappiello en Rosario y el periodista de Canal 13 Emilio Jatón, que aceptó pulsear con el radical Hugo Marcucci, en La Capital.
Con la lista de diputados provinciales se descuenta que siendo Antonio Bonfatti el primer candidato, no habrá mayores complicaciones para el armado. Eso no quiere decir que sea la única: es posible que boletas encabezadas por Ángel Elías y Juan Carlos Millet, entre otras, vayan en busca de una banca.
Pablo Javkin tendrá dos listas subsidiarias: la de la radical María Eugenia Schmuck (con una estrategia de diferenciación pero propositiva) y la del socialista Miguel Zamarini que encarna una línea de campaña dura y confrontativa). Barletta definió que el radical Eugenio Malaponte será su compañero de fórmula; mientras que al socialista Rubén Giustiniani lo secundará en la lista de diputados provinciales Palo Oliver, intendente de Santa Fe y expresión de que Cauce Progresista, el espacio del vicegobernador Jorge Henn, en esta oportunidad jugará en la vereda de enfrente a la del gobernador.
El PRO
También el PRO llega a la última semana del a todo o nada con el trazo grueso resuelto.
Jorge Boasso logró que Macri hiciera un viaje relámpago a Rosario para levantarle la mano como vice de Miguel del Sel. Prefería no quedar en las manos del Midachi y a la vez dejar claro que expresa el incipiente acuerdo entre Macri y el radical Ernesto Sanz.
Además es un hecho que Anita Martínez será la candidata a intendenta. La duda es si la acompañará una o más lista de concejales. Si no hay cambios a último momento Miguel Tessandori será cabeza de diputados provinciales, o en todo caso de la lista principal. La expectativa de obtener bancas es importante (hoy tiene siete), pero el PRO es una fuerza armada en función de retazos y descontentos del peronismo, sindicatos, individualidades y ahora también algún radical. Se supone que la boleta debe sintetizar todo eso de forma equilibrada y proporcional.
Otros espacios
El massismo lanzó al periodista Alejandro Grandinetti esta semana para disputar votos peronistas en Rosario a candidatos de perfil kirchnerista como Roberto Sukerman o Fernando Rosúa. El verdadero objetivo de este armado, que tiene además dos candidatos a la gobernación, Eduardo Buzzi y Oscar Martínez, es juntar un piso de votos para que Massa juegue a nivel nacional en octubre.
Otro periodista, Carlos del Frade, insistirá por la banca en la Legislatura provincial que en 2011 no logró por una muy polémica ley de piso de votos que la reciente reforma electoral dejó intacta.
The End
Con el protagonismo del peronismo en la trama central de esta etapa, pero con todos los demás actores animando las subtramas de la novela electoral, la semana que empieza define no pocas cosas. Puede que resalten peleas, disputas, roscas y conciliábulos.
Nada demasiado atractivo para quienes están ajenos al mundo de la política. Sin embargo es ahora cuando empieza a definirse quiénes, cómo y por qué tomarán decisiones desde puestos de representación democrática en los próximos cuatro años.
