“Voy a instruir a mis equipos para retrotraer de manera gradual la situación al martes pasado”. La voz del presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, retumbó desde Estambul, a través de una teleconferencia, en la reunión que mantenían los técnicos de la autoridad monetaria con los representantes de los importadores.
Así, los empresarios se enteraron de que desde este lunes se volvían a liberar dólares para pagar a proveedores del exterior, después de tres días de la semana pasada en la que el cepo había sido total.
Vanoli, quien participa de la reunión del G-20 en aquella atractiva ciudad turca tan de moda hoy por el éxito de una telenovela de ese origen, se sumó de esta manera al encuentro que desde hacía cerca de media hora mantenían funcionarios y empresarios.
El anuncio causó alivio en los representantes de la Cámara de Importadores de la República Argentina (Cira), aunque hicieron hincapié en el término “gradual” al que aludió el titular del Central. Le pidieron que esa “gradualidad” no se extienda más de un par de días por los inconvenientes que está causando este clima de incertidumbre en el comercio exterior.
El funcionario nacional tomó nota de ese pedido y adelantó que así lo sería, dentro de las posibilidades. Vanoli retrucó con lo ya anticipado respecto de las maniobras que detectaron por parte de algunos operadores y, en ese momento, advirtió que se dispondrán nuevos controles.
Según informó la autoridad monetaria a través de un comunicado al término del encuentro, se adoptarán los recaudos necesarios para evitar maniobras, como algunas que se detectaron recientemente en la demanda de divisas por parte de sectores vinculados con la importación. El Central alude a algunos importadores que dividieron los montos de operaciones para no ser informados, como también la aparición de Cartas de Crédito de importación de plazos muy cortos e inusuales en el comercio exterior por montos superiores a las pautas acordadas, con lo cual, al cumplirse el plazo de la carta de crédito, los fondos se debitan automáticamente de las cuentas corresponsales del exterior de los bancos locales que actuaron como garantes.
Lo que sí se especificó en el comunicado es que, a partir de ahora, los bancos deberán informar al BCRA todas las cartas de crédito que abran, indicando empresa, plazo y monto.
Más allá de esto, la reunión que en total duró más de una hora transitó por un clima cordial y sin especificar otras medidas.
Sin embargo, el lunes circulaban muchos rumores de que los mayores controles se comenzaron a establecer de hecho, por alguna comunicación extraoficial a los bancos, al bajar el monto de operación que deben ser consultadas para su aprobación. Hasta el martes pasado, todas las operaciones por encima de los 150.000 dólares debían tener el visto bueno del Central para su aprobación mientras que ahora ese rango habría sido reducido a 100.000 dólares. El Central negó esa modificación.
Algunos importadores consultados por este diario mostraron un cuadro de situación contradictorio en las operaciones realizadas el lunes. “Hicimos una operación por 130.000 dólares, que anteriormente era autorizada con normalidad, pero nos liberaron sólo 100.000” explicó un empresario. Sin embargo, otro hombre de negocios reconoció que una transacción por 135.000 dólares fue realizada con normalidad.
De todas maneras, desde la Cira se muestran cautelosos y esperan a ver cómo se comporta hoy el Banco Central para confirmar o no si existe algún cambio concreto. El titular de la entidad, Diego Pérez Santisteban, aseguró a este diario que durante la reunión “los funcionarios del Central no hicieron referencia a ninguna medida en particular”. Por este motivo, descontaba que la forma de operar a partir de ahora debería ser la misma de una semana atrás.
El objetivo del endurecimiento del cepo entre el miércoles y el viernes pasado se debió a cumplir con el objetivo de preservación de la estabilidad cambiaria y financiera y evitar la pérdida de reservas. Una orden que llega desde la Casa Rosada. Esto se debe a que en febrero se produce estacionalmente una baja en el ingreso de dólares por parte de los exportadores, que se recuperará a partir de marzo cuando comience la liquidación de divisas por parte del agro correspondiente a la cosecha gruesa.