Por Horacio Alonso
Después de la reprimenda del jueves pasado por los aumentos de precios en los últimos meses, el secretario de Comercio, Augusto Costa, comenzará a recibir hoy a las automotrices -por separado- para analizar si esos incrementos son justificados.
Ford, Fiat y Peugeot encabezarán la lista que continuará mañana con marcas como General Motors, Volkswagen, Toyota y Renault.
El Gobierno está molesto por esos aumentos que, en lo que va del año, ronda el 15% en momentos en que las ventas de autos caen un 40% respecto al comienzo de 2014.
«No se entiende la política de precios cuando deberían estar preocupados por vender», le dijo Costa a los empresarios la semana pasada y les anticipó que se reuniría con cada automotriz.
Existe temor en el sector de que, a partir de estas reuniones, el Gobierno disponga algún tipo de control.
Es que el escenario no es el mejor. Además de la fuerte caída del mercado interno, se suma la drástica baja de la producción y las exportaciones como consecuencia del enfriamiento de la economía brasileña, el principal mercado de los autos argentinos.
Por este motivo, tanto Costa como la ministra de Industria, Débora Giorgi, se reunieron el lunes con algunas terminales para analizar las proyecciones de producción para los próximos meses.
La situación en las fábricas es delicada ya que, por el actual nivel de actividad, las plantillas de personal están sobredimensionadas y si no hay despidos o más suspensiones, se debe a la presión del Gobierno. Está claro que esta política no se puede mantener en el tiempo. Todo esto se produce a pocos meses de unas elecciones que son clave para el Ejecutivo.
En tiempos del exsecretario de Comercio, Guillermo Moreno, había un acuerdo tácito con las empresas de no aumentar los autos de gama baja -los más demandados- y buscar la mayor rentabilidad por los 0 km más caros. Con su salida, la situación se desmadró, impulsada por la mayor inflación y la devaluación de enero del año pasado.
Las automotrices argumentan que estos incrementos son justificados por los mayores costos, además de estar recuperando el atraso de precios generado en la etapa «morenista». Sólo durante 2014, los valores de los 0km se ajustaron más de 50%.