Luego de que el dueño del cantobar Bogart y algunos ediles cuestionaran una parte de la resolución con la que Ejecutivo clausuró ese polémico local, desde el municipio salieron a decir lo suyo. El secretario de Control local, Pablo Seghezzo, dijo que el cierre por 15 días del local es una sanción preventiva que busca evitar la reiteración de hechos violentos en los próximos dos fines de semanas, como el acontecido el viernes pasado, cuando tres jóvenes haitianos fueron agredidos. Precisamente, ese episodio fue el que desencadenó el cese temporario. El funcionario dijo que se tuvieron en cuenta los antecedentes del conflictivo bar. Y no es para menos. Es que al lugar le labraron 98 actas de infracción desde 2004. De ese total, unas 40 veces fueron por faltas graves.
También había sido clausurado en otras tres oportunidades.
El lunes pasado la Secretaría de Control clausuró por 15 días corridos (“o hasta que se esclarezca el caso”) Bogart, el conocido cantobar ubicado en Santa Fe al 1600. El hecho se dio luego de que tres estudiantes extranjeros que viven en Rosario fueran golpeados por un grupo de personas en el interior del local. Según la versión de uno de los muchachos de origen haitiano, la pelea se desencadenó sin motivo aparente; incluso contó que en un momento dado de la trifulca alguien gritó “negros de mierda, ¿qué hacen acá?”.
Tras eso, el martes último los titulares del negocio fueron al Concejo al plantear sus quejas. Allí, los dueños y algunos ediles que forman parte de la comisión de Gobierno cuestionaron ciertos puntos de la resolución municipal por cual se determinó la clausura.
El Ejecutivo admitió en una parte de ese escrito que sólo se “ha tomado conocimiento” de la trifulca “a través de lo que informaron medios periodísticos”. En tanto, en el primero de los considerandos, se señala que las agresiones “estarían” originadas en hechos de discriminación.
“Que se utilicen esos argumentos para clausurarnos el local sólo con lo que se informó en algunos medios es realmente ridículo. No tiene ningún sustento”, había señalado Cristián Díaz, uno de los dueños del cantobar.
La resolución también fue cuestionada en un tramo por un edil oficialista. El radical Martín Rosúa sostuvo que “es bastante irresponsable” plantear el cierre temporal del negocio tomando como sustento sólo dichos motivos.
La respuesta
Seghezzo respondió ayer a esos cuestionamientos. El funcionario corrió el eje de las críticas y prefirió no hacer mención directa al punto de la resolución donde se menciona el posible hecho de discriminación. Más bien, recordó que según ordenanzas vigentes son los titulares del negocio “los responsables de la seguridad interna y externa del momento en que se desarrolla la actividad”.
“El dueño de un local no puede decir que lo que pasó dentro del lugar fue una pelea entro dos grupos y listo. No es ajeno a lo que pasa. Lo que se genera allí dentro lo organizan los mismos propietarios. Ellos saben quiénes son los que entran a su negocio”, sostuvo el secretario de Control.
En tanto, Seghezzo explicó que el Ejecutivo no sólo se anotició de la trifulca por lo que trascendió en los medios. Dijo que la agresión se constató en el libro de actas del destacamento policial del Heca (donde los jóvenes haitianos fueron atendidos después de ser atacados) y la comisaría 2ª.
Luego explicó que con una clausura preventiva de 15 días lo que se hace es prevenir nuevos hechos de violencia. “Después de un caso de agresión o pelea a veces suele suceder que los problemas se repiten al fin de semana siguiente. Y es esa escalada lo que se quiere es evitar”, señaló el funcionario.
El secretario de Control también hizo hincapié en los antecedentes y las sanciones que ya tuvo el local. Es que desde 2004 a Bogart ya le labraron 98 actas de infracción. De ese total, unas 40 fueron por faltas graves. También había sido clausurado en otras tres oportunidades hasta este último lunes.
En todos los casos las infracciones incluyeron excesos en el factor ocupacional, tergiversación de rubro y difusión musical fuera de horario. Además, el bar tuvo al menos cinco denuncias de vecinos ante el Concejo Municipal por ruidos molestos al menos en los últimos dos años.
En este último caso las presentaciones no sólo apuntan a Bogart, sino también al boliche Gitana, que se encuentra a la vuelta, en Roca al 700.