“Soy escudería 42. En mi vida siempre he tomado decisiones difíciles y riesgosas, y lo sigo haciendo. También sé que sólo con el transcurrir del tiempo uno sabe si lo que hizo fue lo mejor. Sigo siendo el mismo. El que le dio al justicialismo victorias: dos Obeid, dos yo”. Hace una pausa y vuelve a arremeter: “Los que le dieron las derrotas al justicialismo también tienen nombre y apellido y por más que miren para otro lado se sabe quiénes son”.
La decisión del senador Carlos Reutemann de apoyar la candidatura presidencial de Mauricio Macri era obvia, no iba a resultar neutra. Nunca lo fue, aun desde sus inicios en el automovilismo.
Llegó a la política por una necesidad del peronismo. Su estilo de querer conocer las cosas en primera persona lo llevó a recorrer la provincia de arriba a abajo y a detenerse en los lugares más insólitos para la costumbre de la política. Ignoro si fue el abrazo de Perón o la lapicera que le regaló lo que primó a la hora de dar el sí a la política peronista. Lo cierto es que en política su personalidad impuso un estilo. Tuvo real oportunidad de ser presidente de los argentinos y su instinto, al que siempre le hace caso, se lo desaconsejó. Ignoro si el tiempo le dio la razón.
“Si tomé esta decisión es porque me preocupa el enorme deterioro que el kirchnerismo ha hecho de las instituciones y lo sigue haciendo con un modelo totalmente agotado. Impresiona ver cómo intentó apoderarse del Poder Judicial. Este gobierno tiene una mancha negra inconmensurable, la corrupción. Sólo basta mirar cómo se enriqueció toda esta gente. El supuesto viento de cola no existe más. La gente lo ha decidido. Interpreto que se busca un cambio de aire. Hay expectativas de cambio”.
Se entusiasma cuando habla de lo que hay que hacer aunque eso sea volver a empezar. “Otra vez hay que arreglar las economías regionales, está todo mal, desde la lana a la leche. Leí datos sobre educación: hay 13 millones de chicos que están fuera del circuito… y el gobierno se entusiasma con los argentinos que fueron al mar”, dice. Piensa un ratito e introduce el tema provincial: “Me preguntan por Del Sel, me parece que él tiene su protagonismo, ya no es nuevo en la política. Personalmente creo que lo mejor que puede hacer para ganar las elecciones es trabajar sobre un gran plan de seguridad para la provincia”.
A propósito de este principal tema, el periodista especializado en policiales Claudio Berón suministró el siguiente dato: en Rosario, desde 2011 a la fecha se produjeron 900 asesinatos.
De lo conversado con el senador Reutemann y sobre el tema provincial en cuanto a su participación en la campaña de Del Sel, infiero que no tendrá protagonismo. El acuerdo con Macri se produjo cuando el tema del armado provincial ya estaba cerrado. Reutemann es un hombre al que no le gusta entrometerse políticamente en armados que no lo han tenido como responsable. Creo, sin temor a equivocarme, que la actuación política del senador será en el orden nacional.
La figura de Reutemann y su impacto en la sociedad donde para algunos es sinónimo de honestidad, confianza; para otros –diciéndolo suavemente– es el gardener de la política; merece un análisis que traspasa los límites de la política.
Conocida su decisión a nivel nacional Massa y Scioli sintieron el impacto que hasta ese momento Macri no les producía. Ambos candidatos sintieron que un par les estaba ganando la pulseada. Recordemos que aún no se sabe en qué lugar del casillero del esquema Macri participará Reutemann.
En Santa Fe adherentes o detractores se encolumnaron para aplaudirlo o masacrarlo, a pesar de que no participa en ninguna lista de las que se presentan el 19 de abril. Muchos de los dolidos con su actitud, horas antes de tal decisión, buscaban su bendición. Otros, de otros sectores políticos, veían en su no presentación un alivio. Lo cierto es que sacudió el tablero.