Luego de grabar un disco de folklórico iberoamericano con Lila Downs y Niña Pastori que le permitió alzarse con un par de Grammys, Soledad retomó su carrera solista, mucho más madura, sin perder sus raíces en un disco en el que recorre los ritmos locales, con cierta pátina pop, pero también todo el folclore latino.
Para conseguir una paleta musical bien amplia y sumergirse en el folclore que emerge de la Cordillera de los Andes, Soledad se puso en manos del afamado peruano Gianmarco y de otra parte del álbum esta producido por su colaborador Matías Zapata.
Además, el disco cuenta con presencias ilustres como la de Carlos Vives, Carlos Santana, Zeze di Camargo, Nati Pastorutti y el propio Gianmarco.
El disco abre con unos acordes de balada bien pop, pero al empezar a cantar Soledad la baña en folclore, mientras Santana mete sus acordes y su fraseo de guitarra, acompañado por la banda de la de Dama de Arequito.
Exploradora del folclore, la Sole fue en busca de Carlos Vives y juntos compusieron la festiva y bailable “Dame una sonrisa” que va de Arequito a Mompox y al Caribe sin escalas, con el prestigioso director y arreglador argentino Cheche Alara compartiendo acordeones con el colombiano Mario “Channo Tierra” Mosquera”.
La sigue el hit a puro pop-folk latino “Todos somos pueblo”, que se continua en la bellísima versión de “Cielo de Mantilla” de Teresa Parodi, que Soledad sumerge en las aguas litoraleñas y en la que la artista de destaca por su cálida interpretación.
Sin detenerse, la Sole busca en la cumbia sonidera mexicana y en su grupo emblema, los Angeles Azules, para interpretar junto a su hermana Natalia “Como te voy a olvidar”, con muy buenos arreglos de vientos andinos, pero sin perder el pasito cumbiero, tan parecido a la cumbia santafesina.
El pop romántico cubre con bonitos arreglos la folkie “Cielo de Rosas”, y gracias a Martín zapata, la Sole da pasos en los terrenos donde se siente más segura, más allá de su curiosidad infinita, y luego vuelve a darle un toquecito de cumbia folk con la pegadiza “Nadie que te quiera como yo”.
“En Eres”, la Sole va derecho al folclore, pone unos pianitos pop y se larga a dedicarle una canción a sus hijas Antonia y Regina, con muy buenos arreglos de acordeón, que son un verdadero hallazgo en el álbum.
“Vivir es hoy” confirma esta curiosidad de la Sole de bañarse en todo el folclore latinoamericano y buscar en su cancionero con la hermosa versión de “Mal paso” un clásico del compositor peruano-kaponés Luis Abelardo Takashi Núñez, un compositor que le dio vida la música norteña del Perú. Y la Sole le da nueva y brillante vida a esta canción.
“Una mañana nueva sin ti”, tiene aires de country-pop románticos, bien para radio, mientras que “Estrella Fugaz” navega por las mismas aguas, con características más bailables. Y por esa razón, esta última participa Zeze Di Camargo, estrella de la música sureña, country brasileña.
La chacarera tiene su lugar de la mano de “Cuando me abandone mi alma” de Cuti Carabajal, y esa línea folclórica, aunque con una base más pop, sigue en la atrevida “Cantante”. Y para el cierre de este disco Soledad se guardó una joya: una versión en castellano de “Hallelujah” de Leonard Cohen.
Quenas, sikus, arreglos de bronces, bombos y una emotiva interpretación, embellecen esta versión que la Sole hace del clásico de Cohen, con mucho respeto y mucho cuidado para lograr darle aires de folclore argentino.