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Zaz, como París, era una fiesta

En un concierto de dos horas donde la francesa repasó sus tres discos, Zaz mostró su exquisita mezcla de sonidos que renuevan la chanson francesa, ente 2500 rosarinos que bailaron y cantaron sus canciones.

Lo primero que se escuchó fue “On irá”, una carta de presentación cuyos versos hablan de ciudades, personas y materias: «Oh que bella es nuestra suerte, en los miles de colores del ser humano, entrelazados con nuestras diferencias, en la encrucijada de los destinos», con esos versos, se presentó Zaz ante los rosarinos.

El domingo 15 de marzo, 2.500 personas esperaban en Metropolitano para conocerla, algunos invitados por el recontravisto video de “Je veux”, el hit que le abrió puertas en todo el mundo; otros por la banda sonora de la película “Hugo” de Martin Scorsese, y a algunos amantes de culture française, los sedujo con sus versiones de grandes clásicos que grabó en su último disco “Paris”.

Isabelle Geffroy subió al escenario a las 21,30 y desde el momento en que cantó “On ira” repasó su repertorio durante dos horas. Desde “Zaz”, su primer disco, aquel que contenía el hitazo “Je veux”, pasando por las canciones más pop de su segundo disco “Recto verso”, y las reversiones de los clásicos de “Paris”.

Los segmentos de cada disco fueron cerrados por un tema instrumental a cargo de su multibanda compuesta por nueve músicos, de rigurosa formación jazzera, pero amplios para sumar todos los aires posibles. Esos momentos de implas sirvieron para que Zaz cambiara su ropa, siempre con su  look casi adolescente, óptimo para bailar, saltar, aplaudir y cantar, siempre invitando ala gente a participar, a sumarse a la poderosa energía que corría sobre el escenario.

Si bien las canciones no eran demasiado conocidas por la platea, el entusiasmo fue subiendo a lo largo del concierto, y la mujercita francesa pudo conquistar a todos, en una danza conjunta que terminó con ella hablando con la gente mientras el público se retiraba del salón después de intensas dos horas de concierto.

La muchacha baja y menuda repasó sus grandes canciones, soplando sobre su mano logró sonidos similares a una armónica, si bien el set de vientos de su banda sobresale sobre todo en saxo y trompeta, ella sigue siempre el juego mientras baila y se rie con sus músicos. Intenta comunicarse en castellano, y aunque le cuesta, llega a pedir un médico para alguien de la primera fila. Después invita a todos a cantar con ella, y suena “J’ aime Paris au mois de mai”, la canción que inmortalizó Chevallier y que ella se dio el gusto de grabar junto al gran Charles Aznavour.

“¿Será posible que todos vayamos a Paris?”, preguntó Zaz y comenzó a cantar la hermosísima “Sous le ciel de Paris”, que logra cantar con un tono tan similar al inmortalizado por Edith Piaf, Zaz, a los 30 años, logra un clima tan especial con este tipo de canciones, pesadas e intensas, para el colectivo cultural de Francia.

“A muchos les gusta Paris por la Tour Eiffel o por Champs Elysées, pero a mí me gusta por la mixtura cultural, por la mezcla que vive en la ciudad”, confesó la artista en un momento del show y ahí nomás arremetió con “Paris sera toujour Paris”, y todos bailaron en una fiesta multicultural, mientras sonaban el contrabajo y el acordeón de la banda que entregó los sonidos necesarios para una noche de concierto fantástica.

Climas circenses como “J’ ai tant Escamote”, la canción emblema de Maurice Chevallier “Paris je t’ aime”, el pegadizo “Comme ci comme ça”, y una grata sorpresa con la versión en castellano del bolero “Historia de amor” (en el show de Buenos Aires cantó “Dos Gardenias”), fueron los momentos muy intensos del romance que Zaz consiguió exitosamente en su primera visita a Rosario.,

Siempre simpática y enérgica, la artista francoparlante se esforzó en comunicar su compromiso con las causas sociales al invitar a involucrarse con la tarea de Rosario Solidaria, además de leer la leyenda indoamericana del colibrí para ayudar entre todos a la preservación del pequeño pajarito.

Entre adolescentes vestidas con el look casual de Zaz, hasta parejas maduras que se llegaron con sus hijos, el público que fue a ver el concierto de Zaz disfrutó de cada momento y ella logró que se fueran entregando a su repertorio, con gran simpatía y esa capacidad vocal tan rica que posee, por la que puede cantar en tono alto toda una canción, codearse con aires de rith and blues, y entonar la más respetuosa versión de la chanson française.

La gran entrega de la artista hizo que la platea disfrutara de cada momento. Queda claro que al público local le gusta este tipo de conciertos, por eso es de suponer que la grata visita de Zaz pueda mantener este tipo de shows en Rosario.

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