En su primera experiencia electoral, en 2013, Ana Laura Martínez arañó los 100 mil votos.
Fue la sorpresa de aquellos comicios, en los que el PRO sumó tres ediles al Concejo. A poco más de un año de aquella elección, redobló la apuesta y decidió ir por la Intendencia.
“Si Dios me puso como herramienta para trabajar dentro de la política algo bueno tiene que pasar”, dijo la mujer que se ilusiona con llegar al Palacio de los Leones y parece haber dejado atrás sus 20 años de trabajo en los medios de comunicación de la ciudad.
En diálogo con El Ciudadano, Anita dijo sentirse “frustrada” en su actividad como concejala: “Mi enfermedad (un tumor maligno que finalmente lograron extirparle) no me llevó al psicólogo pero la política sí, porque no podía con la frustración de no poder darle una respuesta al vecino”.
Desde ese lugar de “frustración” se lanza ahora hacia la conquista del Ejecutivo. Y frente a la falta de trayectoria política que puede conspirar contra su anhelo de ser intendenta, dice sentirse segura trabajando “muy acompañada” por los equipos técnicos del PRO.
En tren de campaña, se lamentó por “la situación dura y cruel” que vive la ciudad, donde “los servicios que se pagan vuelven en relatos y no en obras”.
—¿Qué balance hacés de este año en el Concejo?
—Muy positivo, por el hecho de estar más cerca de la gente. Porque volvimos a acercarles la figura del político, para que sientan que tienen alguien a quien recurrir.
Pero, por otro lado, estoy muy incómoda con la burocracia que nos ata de pies y manos, esperando que los proyectos que pueden llegar a ser buenos, les ponga la firma el Ejecutivo y se hagan. Es esa burocracia la que me genera la incertidumbre de no poder hacer las cosas. Hay cosas que son más fáciles pero hay otras que lamentablemente no se cumplen y no se van a cumplir.
—¿Qué cosas?
—Por ejemplo, nosotros presentamos un plan integral para toda la zona oeste que no se cumplió. El proyecto de empleo joven todavía está durmiendo en la Comisión de Producción. Y así podría seguir.
—¿Por eso querés ser intendenta?
—Sí, quiero ser intendenta porque los concejales estamos maniatados. La política debe servir para mejorarle la calidad de vida a la gente, y no lo estamos logrando. La única opción que tenemos en este momento es ir por la Intendencia para que Rosario esté mejor en todos los barrios.
—¿Pensás que ya estás madura para poder serlo? ¿Nunca dudaste?
—No dudé porque siempre sentí que si Dios me puso como herramienta para trabajar dentro de la política algo bueno tenía que pasar. Además, estoy muy acompañada. El bloque del Concejo, los diputados provinciales, y toda la gente que se va sumando. Lo bueno que se da en nuestro espacio es que venimos de distintos sectores. Yo digo que venimos de distintas culturas hogareñas, nos hemos criado de una manera distinta, y entre todos estamos buscando lo mejor para el ciudadano, viva donde viva, tenga la edad que tenga.
—Se supone que el trabajo en un cuerpo legislativo es más a largo plazo.
—Lo que pasa es que viene una persona a decirnos que tiene un árbol en la puerta de su casa y necesita un estudio fitosanitario, y no puede esperar tres años para que vayan a estudiar cómo es la situación del árbol. Hay abuelas a las que se les va la vida esperando que llegue el progreso, y el progreso tiene que ver con los servicios. Esperan más de 10 años la cloaca, más de 10 el pavimento definitivo, y se les va la vida. Hoy no pueden tomar mate en la puerta de su casa por la inseguridad, pero tampoco pueden hacerlo por la falta de servicios y la falta de inversión que tenemos en cuanto a infraestructura. Esa es la frustración que no quiero seguir cargando, y quiero intentarlo.
—¿Manejás encuestas?
—Con la gente en la calle yo me doy cuenta de que un plus de confianza tenemos. Mi encuesta día a día es ésa.
—Venimos de muchos años de socialismo. ¿Qué es lo que le puede dar el PRO a Rosario que no le dio el PS en todos estos años?
—Nosotros tenemos que reescribir nuestra propia historia. Sentarnos con lo que nos dejan, rever, reciclar, reutilizar. Tenemos que magnetizar a los rosarinos, contándoles que puede haber una ciudad, no futurista, sino mirando al futuro. Viendo de qué manera, con vanguardia, con ideología, con inversión, la gente vea que los servicios que pagan vuelven en obras y no en relatos.
“La inseguridad hoy es todo”
Anita Martínez se refirió a la seguridad pública: “Yo no reniego de Rosario. Nací acá, crecí acá. Y me duele en el alma la situación de inseguridad que vivimos”.
—¿Este será uno de tus ejes de campaña?
—La inseguridad no es un eje. La inseguridad hoy es todo. Estamos acostumbrados a escuchar y a intentar y ser parte de una buena convivencia. Y para poder convivir necesitamos que haya seguridad. Siempre dijimos que para poder vivir más seguros había que invertir. Y hoy te das cuenta cómo están los barrios y los ingresos a Rosario. No debemos irnos muy lejos para añorar los años felices que tuvimos en Rosario.
—¿Qué prometés como solución?
—No prometo nada. No somos parte del populismo que nos llevó a la degradación que tenemos hoy como República. Nosotros le decimos que trabajamos en equipo. Para nosotros invertir en seguridad no es una idea, es un hecho. El equipo técnico de Economía está buscando cómo rescatar 100 millones de pesos para invertir en seguridad. Queremos crear la Secretaría de Seguridad. No es casualidad que me acompañe como primer candidato a concejal el experto en ese área, Gabriel Chumpitaz. Lo avalan 15 años de estudio en todo el mundo. Y cuando decimos que podemos pelear por algo más, tenemos que pensar en la autonomía de Rosario para tener una Policía local. Sin dejar de lado que por más que creemos esa Policía debemos trabajar en conjunto con la provincial y las fuerzas nacionales.
—Vos replicarías lo que hizo Macri con la Policía Metropolitana.
—Exactamente. Además de traer la experiencia del Centro de Monitoreo, que es la forma de cuidar los barrios.