El Senado fue ayer más de lo mismo pero con sorpresas que rompieron en parte la monotonía: cuando el oficialismo creía asegurada su estrategia de restar quórum a la Cámara –debido a la ausencia por enfermedad de la opositora rionegrina María José Bongiorno–, desde sus propias filas la representante de Formosa Adriana Bortolozzi habilitó la sesión al sentarse en su banca. Pero el asombro no terminó allí, porque la jornada que ya se perfilaba netamente adversa al kirchnerismo se dio vuelta en la primera votación, que definía el rechazo o la aprobación del pliego de Mercedes Marcó del Pont como titular del Banco Central. Allí, el riojano Carlos Menem volvió a desmarcarse con una abstención y así posibilitó, por el escaso margen de 35 manos a favor y 34 en contra, el aval a la economista para ocupar el cargo que detentaba “en comisión”. Al cierre de esta edición, los legisladores continuaban la extensa saga de discursos en torno al proyecto opositor de coparticipación total del llamado impuesto al cheque, cuya media sanción descontaban los anti-K para esta madrugada debido a la defección de uno o dos senadores aliados a la Casa Rosada que –calculaban– serían proclives esta vez a inclinar la fidelidad hacia las arcas de sus distritos antes que a su pertenencia partidaria.
Una vez que Bortolozzi dio quórum habilitando la primera sesión del Senado en lo que va del año, y tras un último intento de convencerla para que se retirara por parte del prosecretario administrativo de la Cámara, Mario Daniele, su compañera María Riofrío y el titular de su bancada, Miguel Ángel Pichetto, se pasó al debate del pliego de Marcó del Pont.
El oficialismo logró aprobarlo con los votos de su bloque y de sus aliados, pero resultaron decisivos tanto el apoyo de la peronista disidente por Santa Fe Roxana Latorre –ya había cursado elogios a la economista por su trayectoria “desarrollista”– como la abstención de Menem.
Así, el dictamen en mayoría de la Comisión de Acuerdos, que rechazaba la designación en el Central, obtuvo 34 votos a favor y 35 en contra. Esto habilitó la consideración del de minoría, que finalmente ratificó el pliego de Marcó Del Pont en relación inversa de votos.
Pichetto había afirmado antes de la votación que la oposición aprovecharía la ausencia del oficialista jujeño Miguel Jenefes –de viaje–, y había advertido que se quería “lesionar al país nuevamente”. Y ya en el debate, abrió los argumentos del Ejecutivo. “Estamos frente a una funcionaria de gran trayectoria, desarrollista. Por primera vez el Central va a tener una funcionaria que mira al país en su integralidad”, argumentó. Y acusó a la oposición de “jugar con fuego” justo cuando se apresta el segundo canje de deuda en default.
El radical Gerardo Morales, por su parte, reconoció la capacidad y trayectoria de Marcó del Pont. Pero resumió la postura opositora al fundar el rechazo en su presunto “delito de incumplimiento de deberes de funcionario” por habilitar el traspaso de 6.000 millones de dólares del Central al Tesoro para el Fondo de Desendeudamiento, creado por el decreto de necesidad y urgencia 298 y fuente de otra interminable discusión. No obstante, sobre este punto se dio el único acuerdo en la Cámara alta: postergar su debate 15 días.
Ya a la hora de votar por el pliego de Marcó del Pont, Menem argumento que después de lo que había escuchado sólo le quedaba “abstenerse”. Y con ello –Bortolozzi votó con el oficialismo– selló la suerte de esta embestida opositora. Allí arrancó la discusión por el impuesto al cheque, donde las apuestas favorecían a los anti-K.