La Corte Suprema de Justicia rechazó el pedido para que Carlos Eduardo Robledo Puch, el asesino serial a quien se lo conoció como «El Ángel de la Muerte», pueda salir en libertad condicional pese a haber pasado más de cuatro décadas en cautiverio. El máximo tribunal del país confirmó el fallo de la Corte Suprema Bonaerense.
Robledo Puch está condenado a prisión perpetua por una serie de homicidios que llevó a cabo a principios de la década de los años 70, cuando la opinión pública se vio conmovida por los crímenes y la frialdad con que los había cometido el joven rubio, hijo de un directivo de un automotriz norteamericana.
Los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda, confirmaron el fallo de la Suprema Corte bonaerense, alto tribunal provincial que no había hecho lugar a un planteo que interpuso la defensa oficial de Robledo Puch.
El Ángel de la Muerte cumple condena por diez homicidios agravados, un homicidio simple, 17 robos y dos casos de abuso deshonesto cometidos entre 1971 y 1972 y se encuentra en la cárcel desde el 3 de febrero de 1972, hace más de 43 años.
Durante su cautiverio, sufrió el aislamiento de sus compañeros de prisión y contrajo el virus de HIV, según se aseguró. En una carta dirigida a la Suprema Corte bonaerense, en noviembre de 2013 Robledo Puch redactó: «Cómo me siguen negando la libertad, ¿por qué no me cambian la pena por una inyección letal?».
Si bien de acuerdo a proceso, Robledo Puch está en condiciones de salir en libertad desde mediados de los años 90, la Justicia rechazó reiteradamente sus pedidos de excarcelación porque considera que no está en condiciones de reinsertarse en la sociedad.
Antecedentes macabros
Algunos de sus casos más resonantes son los del día 15 de marzo de 1971, cuando Puch y su cómplice de apellido Ibáñez ingresaron al boliche Culpa Tuya (Olivos), llevándose $350.000 de la época. Pero antes de huir, asesinó al dueño («Chim Chim» Prodo) y al sereno del establecimiento («La Chueca» Cabrera) con una pistola Ruby calibre 32 mientras dormían.
En la madrugada del 9 de mayo de 1971, Robledo Puch e Ibáñez ingresaron a un negocio de repuestos de automóviles Mercedes-Benz en Vicente López. Al entrar en una de las habitaciones, encontraron a una pareja y a su hijo recién nacido, Robledo Puch asesinó al hombre de un disparo e hirió a la mujer de la misma forma, su cómplice intentó violar a la mujer herida, quien sobrevivió y posteriormente testificó en el juicio.
Según figura en su historial, antes de huir con 400.000 pesos, Robledo Puch disparó a la cuna donde lloraba un bebé de pocos meses, quien logró quedar con vida.
El 24 de mayo de ese mismo año asesinaron al sereno de un supermercado en Olivos, y por lo menos en dos ocasiones, a mediados de junio, Robledo Puch ejecutó en la ruta a dos jóvenes mujeres que habían sido abusadas sexualmente (una de ellas pudo evitar ser violada) por Ibáñez en el asiento trasero del automóvil de turno.
Luego de la muerte de Ibáñez, el Ángel de la Muerte comenzó a delinquir con su nuevo cómplice, Héctor Somoza (a quien después mató) y asesinaron por lo menos a tres serenos además de robar.
Fue detenido el 4 de febrero de 1972 al encontrar la cédula de identidad en el bolsillo del pantalón de Somoza y recién había cumplido 20 años.