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«Nunca tuve, ni tengo, una cuenta en el exterior»

Máximo Kirchner volvió a defenderse de la denuncia periodística sobre una supuesta cuenta en el exterior. "No importa si lo que se dice es verdad o mentira, el objetivo es dañar", se quejó.

Máximo Kirchner, hijo de la presidenta Cristina de Kirchner, volvió a desmentir ser copropietario de cuentas bancarias en el exterior junto a la embajadora ante la OEA Nilda Garré, en su primera entrevista radial.

«Nunca tuve ni tengo una cuenta en el exterior. Nunca. Nada. Absolutamente nada», dijo Máximo en declaraciones a Radio Continental.

«Yo la respeto mucho a Nilda, su historia habla por si sola por cómo acompañó a Néstor y a Cristina. Es una canallada (la información sobre las supuestas cuentas). No se chequea. No es un dato menor. No estamos diciendo si se compró un auto o no. Estamos hablando de temas muy delicados como es el de la energía nuclear», dijo.

En ese sentido, indicó que lo que se busca la prensa que publicó la información «es dañar porque no entienden un Gobierno que se haya dicho basta. Ejercieron el poder dando órdenes a presidentes. Esto es lo que les duele. No alcanzo a comprender todavía por qué ese grado de injundia, cuando tienen tan noble profesión y oficio».

«No importa si lo que se dice es verdad o mentira, el objetivo es dañar», lanzó Máximo Kirchner. Y remató: «Es una canallada». Además dijo que «esto sirve para mantener en la tapa de los diarios la denuncia (del exfical de la UFI AMIA, Alberto) Nisman contra Cristina».

Ayer, el hijo de la Presidente escribió un duro comunicado donde desmiente versiones sobre compartir cuentas en el exterior y tildó a esa información de operaciones previsibles.»Más de lo mismo. Eso sí, cada vez más ridículo y absurdo. Pero siempre previsibles», se titula la misiva.

«Las publicaciones de la revista Veja (de Brasil) y de Clarín (autóctona), dos monstruos, y no solo por el tamaño de sus empresas, no sólo son falsas sino que también son ridículas y lo que es peor, absolutamente previsibles», comienza el escrito de dos carillas.

El hijo presidencial explicó que todo lo vertido en esas publicaciones «son mentiras planificadas». No hay «errores». Tampoco «fuentes no chequeadas». Todo es una mentira cuidadosamente planificada y dirigida, en donde no sólo intervienen grupos mediáticos, amplía.

«Ellos son parte del dispositivo de operaciones políticas que ahora ya exceden el ámbito nacional», advierte. Sigue continua que las pueden llevar a cabo amparados en los derechos internacionales que protegen al noble oficio del periodista. Allí se esconden una vez producido el daño mediante la reproducción y los títulos catástrofe en donde aseguran que quien escribe posee una o más cuentas en Bancos y ciudades que en mi vida he conocido, pese a lo que «aseguran sus fuentes».

«La indefensión que uno siente ante tamaña fabula urdida por quienes tienen licencia para mentir, no hace más que alimentar la voluntad de no dejarse domesticar por empresarios que transforman a periodistas en meros taquígrafos de un guión pensado para dañar e intentar quebrar el ánimo de quienes pensamos diferente, actuamos diferente y, sobre todo, vivimos bajo principios diferentes», escribe desafiante.

«Fui tapa de una revista que aseguraba que yo no era yo. Y lo dejé pasar. Como dejé pasar tantas mentiras. Vi y escuché a una señora decir que lloré delante de un ataúd donde no estaba mi padre. En aquel acto de Argentinos Juniors aseguré que, a partir de ese día, iban a decir cualquier cosa. No lo dije por que sea vidente. Fue simplemente porque los conozco. Hasta aquel acto era un «avezado jugador de play». Luego me transformé en otra persona. Su relato dio un giro brusco», prosigue.

Luego relató que se encontró acusado de quemar un hipermercado de materiales. «Días más tarde, un «periodista estrella» de Clarín, ese que Videla considerara un «joven brillante», aseguró que los fondos buitres habían encontrado una cuenta en el exterior. Luego vino la denuncia por Hotesur».

«Todas estas operaciones berretas pueden tener el nivel de repercusión que tienen sólo por el desmedido tamaño de quien las pronuncia. Le podrán temer los candidatos a presidente, los sindicalistas «más pesados», que por un exhorto convocaron a un paro nacional. Podrán temerle los jueces y fiscales «independientes».

Lanzó desafiante: «Yo no les temo. Usen todos sus canales, medios y periodistas. No tengo ni tuve ninguna cuenta, ni individual ni conjunta con nadie, en el exterior».

No es una actitud heroica ni mucho menos. Es un simple acto de libertad. Destrozan vidas. Aun que no dejo de reconocer mi suerte, cuando comparo las atrocidades cometidas contra seres humanos que callaron durante la última dictadura para hacerse de Papel Prensa. Es así, no es que quieren, sino que tienen la chancha, los veinte y en este caso la máquina de fabricar papel, reflexionó desde Santa Cruz donde está fechada la carta.

«Podrán decir lo que quieran, mentir, difamar y calumniar. Pero no le van alcanzar los diarios, ni los canales, ni la colección de periodistas que poseen para apropiarse de la palabra y menos de las ideas. Los cambios producidos son irreversibles porque la historia es indetenible, y no se tapa con papel de diario», finaliza.

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