Desde el área de Gestión Ambiental de la Secretaría de Planeamiento municipal informaron que se detectó en Rosario la presencia de una plaga que afecta y pone en riesgo a los jacarandás que se alzan en parques y plazas. Se trata de las llamadas “chinches de encaje”, todas fitófagas (se alimentan de plantas) y monófagas, es decir afectan a un grupo de árboles o de plantas de la misma familia.
La consecuencia directa de este accionar depredador, que se percibe en los árboles desde hace poco más de un mes, es que algunos se encuentran totalmente pelados y otros presentan parte de las copas sin hojas, en una época en que generalmente los jacarandás deberían presentar una segunda floración y estar totalmente foliados.
La aparición de los síntomas fue detectada, en forma simultánea, en la ciudades de Rosario, Santa Fe y la localidad de Progreso (departamento Las Colonias); en la ciudad de Buenos Aires y en varios puntos de la provincia de Buenos Aires, estableciéndose una red de información y búsqueda entre los profesionales especializados (ingenieros agrónomos) en arbolado urbano de los lugares mencionados, a los fines de detectar la causa y avanzar en el conocimiento para su manejo y solución.
En Rosario, el seguimiento de la plaga se realizó en el Parque Independencia, donde se detectó que uno de los grupos de jacarandás más afectados se sitúa en derredor del Palomar, mientras que se verificó una menor afectación de algunos ejemplares de pasaje Morcillo y de avenida Ovidio Lagos en el área lateral al hipódromo.
La ciudad cuenta con 185.029 árboles, de los cuales 5.834 ejemplares son de jacarandás, es decir, que la especie abarca el 3,15 por ciento del total de árboles, según el último censo que se realizó en 2005.
“Lo interesante es que venimos trabajando desde hace tiempo con este tema. En el centro está la mayor densidad, el resto están plantados en los parques históricos. El distrito Centro cuenta con 3.500 ejemplares”, detalló Ángela Villademoros, coordinadora general de Gestión Ambiental de la Secretaría de Planeamiento, quien explicó que el jacarandá es una especie representativa de nuestro país, y además es admirable.
“Hay que tener paciencia porque no tenemos experiencia con esta plaga, es más, está citada en un libro que data de 1935. Hay que ver cómo es el ciclo de este ejemplar en las ciudades, para usar técnicas que sean amigables con el medio ambiente, que no es menor. Parques y Paseos tiene varios reclamos de las áreas más afectadas, la cantidad de ejemplares para tratarlas y ver su evolución”, concluyó Villademoros.
Según el área de Gestión Ambiental de la Secretaría de Planeamiento, en los últimos tiempos se manifiesta con más agresividad como consecuencia de las condiciones ambientales que se traducen en inviernos suaves, sin heladas, y veranos con pocas lluvias. Estos fenómenos climáticos se suman a las condiciones de estrés a las que están expuestos los árboles en el ambiente urbano, como contaminación del aire, compactación del suelo, entre otros, por lo cual se agrava su existencia natural.
Los adultos y ninfas (estado juvenil) de estos insectos se encuentran generalmente en el envés de las hojas, y se alimentan de la savia produciendo perforaciones con sus largos estiletes que penetran fácilmente los tejidos celulares para extraerla. Las actividades alimentarias de esta plaga pueden causar graves daños y plasmólisis del follaje.
En el caso de los jacarandás se observa la caída de partes de la hoja hasta la caída completa, observándose la base foliar necrosada (con tejido muerto). Es común en algunos insectos con aparato bucal picador suctor que al daño que producen por la succión de savia se agregue la inyección de saliva tóxica o el ser vectores de enfermedades.
Ante este escenario, Villademoros recuerda que los árboles tienen reservas en sus troncos y ramas, en especial los de gran porte, por lo cual es de esperar una brotación en base a éstas.
El jacarandá (gualanday o tarco), conocido por sus flores azules, es un género de unas 50 especies de árboles y arbustos de la familia de las bignoniáceas, típicos de la América intertropical y subtropical.