¿Cuánto cuesta alcanzar la perfección? ¿De dónde proviene la fuerza para luchar diariamente contra los mejores y más preparadores competidores del mundo? ¿Cómo se hace para lograr ser un profesional de alto rendimiento en un país con tan escaso apoyo al deporte como Argentina? Demasiados interrogantes con muy pocas respuestas.
Solamente algunos elegidos pueden darse el lujo de contestar algunas de ellas y sin duda Juan Pablo Savarino pertenece a ese grupo selecto.
Empezar detallando sus innumerables logros sería lo más lógico, aunque en el caso de este rosarino estaría muy lejos de ser lo indicado. ¿La razón? Este joven de apenas 19 años es puro futuro. Un futuro prometedor como pocos y con un objetivo bien claro entre ceja y ceja: convertirse en uno de los mejores tiradores del mundo.
No hay duda de que el pibe apunta lejos. Aunque en su defensa hay que decir que tiene tres cualidades indispensables para lograr cualquier cosa que se proponga: muchísima voluntad, una familia que lo apoya constantemente…y una certera puntería, claro está.
“Con esta disciplina (tiro rápido con pistola) arranqué hace unos tres años, pero en realidad ya llevamos seis. Antes hacía tiro práctico e incluso llegué a competir en un Mundial”, nos cuenta Juan Pablo bajo la atenta mirada de su papá Rubén, el mismo que lo entrena desde hace años y que desde bien chiquito le transmitió su amor por el deporte.
Sudamericanos, Juegos Odesur, Campeonatos Nacionales, Mundiales…nuestro protagonista se destacó en todas las competencias en las que participó y su nombre es la principal esperanza del tiro argentino para alcanzar los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Aunque tanto Savarino hijo como su padre tienen muy en claro lo difícil de alcanzar semejante meta. Al menos de momento.
“Ahora en julio están los Panamericanos de Toronto y de ahí solamente sale una plaza para los JJOO. Pero antes hay dos mundiales en Estados Unidos y Alemania, donde entregan dos plazas más cada uno”, revela Juan Pablo, quien a pesar de su corta edad demuestra una madurez y seriedad realmente acorde a la de un deportista profesional.
¿Se puede? ¿Es posible lograr un boleto para Río 2016? “Es difícil…pero no imposible”, sentencia nuestro tirador. Y enseguida amplió su respuesta: “Hay países con muchísimo apoyo, sobre todos los europeos. Tienen los mejores equipos. Lo fabrican ellos mismos y reciben un apoyo enorme y constante. Nosotros también tenemos buenas armas y municiones pero la verdad es que no se puede comparar”.
Pero Juan Pablo no se achica. Su carácter competitivo lo obliga a ir siempre en busca del premio mayor y de momento, Brasil es su meta. Aunque no la única. “Soy consciente de que mi carrera recién empieza y que aún tengo muchas cosas por mejorar y aprender”, expresó este rosarino de 19 años que sueña con llegar bien lejos en el mundo del tiro práctico. Puntería, determinación y talento le sobran. El tiempo hará el resto.
Le puso letra a su pasión
Tanto tiempo cuidando del crecimiento de Juan Pablo, acompañándolo en el día a día, no podía quedar en la nada. Semejante experiencia adquirida a lo largo de los años es la que “papá” Rubén decidió poner en palabras, para así dar a luz al libro “Deportes: rumbo al alto rendimiento”, de próximo lanzamiento. “En Argentina es muy difícil competir contra las potencias, pero también es posible”, revela el autor, quien desde muy chiquito le trasmitió todo su amor por el deporte a su hijo, quizá sin ser plenamente conciente de que esa pasión se convertiría en un estilo de vida, el mismo que toda la familia aceptó para que Juan Pablo pueda cumplir con su sueño.
“En este país hay un gran potencial. Pero lamentablemente el desconocimiento es grandísimo y muchísimos jóvenes van quedando en el camino a raíz de la falta de experiencia a la hora de acompañar el crecimiento de un deportista”, argumenta Rubén, quien puso todo su empeño en la elaboración de este libro que tiene como gran objetivo final la de juntar una ayuda económica para la carrera de su hijo.
