Seis personas fueron rescatadas en los barrios porteños de Flores, Mataderos y Villa Lugano y otras cinco quedaron detenidas tras varios allanamientos realizados en las últimas horas en talleres clandestinos que fueron clausurados. Los operativos se realizaron a partir de la denuncia de una joven de 16 años que se escapó de uno de los talleres allanados donde era explotada, en el mes de octubre de 2014.
Según informó el portal Fiscales.gob.ar, y replicó la agencia NA el fiscal Diego Iglesias, a cargo de la Fiscalía Nacional Criminal y Correccional Federal Nº 10, ordenó realizar allanamientos en cinco domicilios ubicados en los barrios de Flores, Mataderos y Villa Lugano y en tres locales comerciales de la avenida Avellaneda y del barrio de Once.
La medida se tomó luego de una denuncia de una joven que era obligada a realizar jornadas de trabajo que a veces superaban las 20 horas y además, relató que era víctima de maltrato físico, psicológico y hostigamiento sexual.
Tras varios meses de investigación se procedió a allanar los talleres y los investigadores se encontraron con trabajadores que en algunos de los lugares estaban hacinados en tanto las habitaciones donde residían no contaban con elementos de higiene, ni de seguridad.
Algunas de las víctimas declararon que habrían sido trasladadas desde la provincia de Mendoza y otras desde Bolivia y también se constató la presencia de trabajadores en situación migratoria irregular.
La joven denunciante contó ante la Justicia que ella había sido traída engañada desde Bolivia por una mujer que le había ofrecido coser camisas a cambio de unos 2.500 pesos mensuales que podían transformarse en 5.000 si realizaba las tareas más rápido.
La propuesta incluía una jornada laboral de 12 horas y que podía abandonar el taller y regresar a Bolivia en cualquier momento.
La adolescente contó que su traslado y el de otro joven de Bolivia ocurrieron en el mes de septiembre de 2014 y que el viaje duró aproximadamente tres días.
Cuando llegaron a Buenos Aires, la imputada le asignó a la víctima una habitación dentro del taller donde dormían otras tres personas.
Con relación a la jornada laboral, la denunciante indicó que comenzaba a las 6 pero que los días en los que había mucho trabajo, tanto ella como otros jóvenes debían iniciar a las 4 hasta las 22 o hasta la medianoche.
Además, dijo que debían trabajar de lunes a sábados y que los domingos estaban obligados a limpiar el lugar.
La joven relató también que era víctima de maltratos físicos, psicológicos y de hostigamiento sexual por parte de la pareja de la imputada.
La investigación se realizó en forma conjunta por la Fiscalía y el Departamento Investigaciones de Trata de Personas de la Prefectura Naval y la medida de los procedimientos fue ordenada por el juez Norberto Oyarbide, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°5.
Denuncian que así se hacen los uniformes de la Metropolitana
Juan Vázquez, integrante de la comunidad boliviana “Simbiosis cultural” afirmó que uniformes de la Policía de la ciudad de Buenos Aires, la fuerza de, seguridad creada por Mauricio Macri, están confeccionados en talleres textiles clandestinos en los que explotan a migrantes bolivianos, En declaraciones a Radio Nacional, Vázquez afirmó que con el gobierno de Buenos Aires “la comunicación es nula”. El hombre fue uno de los convocantes a la marcha en reclamo por los dos niños que murieron por un incendio en un taller trucho.
La falta de control, en el tapete
A doce días de la muerte de dos niños, ocurrida durante un incendio en una vivienda del barrio porteño de Flores donde funcionaba un taller clandestino, aún continúa la polémica sobre la responsabilidad del Estado en los controles de establecimientos y condiciones laborales. El jueves pasado se realizaron distintas manifestaciones en la ciudad para repudiar esa forma de trabajo, mientras que anteayer legisladores de la oposición porteña intentaron consensuar un texto común para llamar a una sesión especial y tratar una decena de expedientes vinculados al incendio.
Bajo el lema “No queremos más ropa manchada con sangre”, la Confederación Argentina de la Pequeña y Mediana Empresa (Came) lanzó desde el jueves pasado una campaña “contra los talleres clandestinos que ocupan mano de obra esclava”. Se mostraron carteles y se entregaron folletos con el lema del la campaña con la intención de generar conciencia entre los vecinos. Por otro lado, hubo una marcha contra los talleres clandestinos que se realizó en pleno centro porteño.
En tanto, legisladores opositores acusan al gobierno porteño de aplicar un mecanismo de protección a los talleres clandestinos para evitar que puedan ser clausurados.