Familiares, amigos y parte de la comunidad de la localidad santafesina de Rufino despidieron este mediodía los restos de Chiara Páez, la adolescente de 14 años embarazada cuyo cadáver fue hallado el domingo enterrado en la casa de su novio, y pidieron “ejemplaridad a la Justicia” para que “esto no vuelva a suceder”.
Mientras la Justicia santafesina realizaba esta mañana la reconstrucción del hecho en la vivienda de San Martín 880 de Rufino, donde vive el novio y su familia, acusados por el crimen, el féretro con el cuerpo de la adolescente fue traslado de la casa fúnebre local a la parroquia Santísima Trinidad.
Diego Cavanagh, el cura párroco de ese templo, pidió durante el responso a “quienes corresponda administrar justicia” que “lo hagan con la ejemplaridad necesaria para que esto no vuelva a suceder”.
“Por eso –sostuvo el sacerdote– nuestro reclamo tiene que ser firme y decidido, pero a la vez pacífico”.
Ante Verónica y Fabio, los padres de la adolescente asesinada a golpes, el cura pidió “que este acontecimiento de sangre derramada sirva de reflexión profunda para todos” y solicitó “no vivir en la violencia sino en la paz y el amor”.
Antes, el sacerdote Iván Micalone, de la misma parroquia, dijo que la comunidad de Rufino va “a estar unida para llevar este momento junto a la familia”.
Tras el responso, el cortejo fúnebre pasó por el Instituto Nuestra Señora de la Misericordia, al que concurría Chiara, y donde los alumnos y docentes de la institución le brindaron un aplauso y la despidieron.
Finalmente, el cortejo llegó alrededor de las 11 al cementerio local, donde fueron enterrados los restos de la adolescente asesinada.
