El arzobispo de Santa Fe y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, reclamó hoy «diálogo maduro» a la dirigencia política para resolver los problemas, pidió fortalecer las instituciones republicanas y abogó por una nación «más inclusiva, equitativa, solidaria y reconciliada».
El prelado presidió el Tedeum por el 25 de Mayo en la catedral santafesina, donde exhortó a la unidad y a la reconciliación de los argentinos delante del gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, y otras autoridades provinciales y municipales.
«La Argentina necesita y espera el diálogo maduro de su clase dirigente para encontrar respuestas a sus problemas. Ante todo debemos asumir con humildad la realidad con sus heridas y potencialidades, en el marco de respeto y colaboración de toda su dirigencia», sostuvo.
Además, puntualizó que «solo una Argentina unida puede encontrar caminos y dar respuestas a sus dificultades. No hay futuro sin participación, solidaridad y espíritu de reconciliación».
El presidente del Episcopado llamó a recuperar los valores morales como fuente y referencia social, porque, de lo contrario, advirtió, «corremos el peligro de acostumbrarnos a convivir en una sociedad que va perdiendo el sentido de la necesaria sanción moral».
«Cuando se privilegia el ‘éxito’ a cualquier precio se pierde sensibilidad ética frente al delito y la corrupción», aseveró. Monseñor Arancedo manifestó que cada fiesta patria «es un momento de gratitud, expresión de pertenencia y compromiso con su futuro», y aseguró que hoy la Patria «nos reclama testimonios de honestidad y credibilidad, junto a actitudes de solidaridad y de amistad social».
Asimismo, recalcó la importancia del compromiso ciudadano para construir la nación e hizo un llamamiento a respetar la Constitución, a la que definió «no como un agregado más, sino como una instancia de cultura política y ciudadana que hace a la vida misma de la democracia».
El prelado citó también un fragmento del documento episcopal «Hacia el Bicentenario en Justicia y Solidaridad», en el que los obispos advierten sobre la calidad institucional y llaman a fortalecer las instituciones republicanas, el Estado y las organizaciones de la sociedad.
Por último, monseñor Arancedo llamó a recuperar el valor de la palabra e invitó a los presentes a rezar para que todos los actores sociales «puedan construir juntos una nación más inclusiva, equitativa, solidaria y reconciliada».