El periodista y titular del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Horacio Verbitsky, aseguró hoy que el gobierno de Fernando De la Rúa “fue el más sangriento en 33 años de democracia” y destacó que “declarar el estado de sitio fue una decisión torpe”, al brindar su testimonio en el juicio oral por la responsabilidad de las muertes en los alrededores de la Plaza de Mayo el 20 de diciembre de 2001.
Durante su declaración, Verbitsky precisó que ese gobierno “empezó con muertos en la represión a los maestros en Corrientes y terminó con más de 30 muertos en dos días” y explicó que ante la crisis que se vivía «era una respuesta que no podía terminar de otra manera que con el alejamiento del presidente de la República».
El titular del CELS también relató cómo fue la búsqueda de los detenidos durante la represión que realizaron las distintas organizaciones sindicales, políticas y sociales, y dijo que les negaban sus nombres.
“Pedíamos los nombres de los detenidos y la policía no los daba. Los mandaba a Presidencia porque tenían que blanquear una situación que, sabían, era ilegal. Eran detenciones de facto”, afirmó.
En el juicio que se lleva adelante ante el Tribunal Oral Federal 6 están siendo juzgados el entonces secretario de Seguridad durante la presidencia de Fernando de la Rúa, Enrique Mathov, y quien comandó por esos días la Policía Federal, Rubén Santos.
También hay otros 15 ex policías acusados por la masacre que el gobierno de la Alianza desató el 20 de diciembre de 2001, cuando pretendió despejar de manifestantes la Plaza de Mayo.
Ese operativo terminó con 5 muertos y cientos de heridos en el microcentro porteño. Una de las víctimas fue Gustavo Benedetto, un joven de 23 años que falleció por un balazo que recibió en las inmediaciones del edificio donde funcionaba el HSBC, en la esquina de avenida de Mayo y Chacabuco.
En las últimas audiencias declaró Oscar Passi, que se desempeñó como jefe de servicio en la sala de situación de la Dirección General de Operaciones (DGO) de la Policía Federal Argentina, y señaló al entonces jefe de la fuerza de seguridad, Rubén Santos, como quien impartió las órdenes para “realizar 50 detenciones”, que los manifestantes “no lleguen a la Casa Rosada” e impedir “que derriben el vallado”, entre otras.
A su vez, en este último mes, prestó declaración el entonces secretario de Cultura y Comunicación de la Nación y actual director del Teatro Colón, Darío Lopérfido, que basó su relato en la noche del 19 de diciembre y manifestó que «era una situación bizarra» y se sentía «en el lugar más inseguro del mundo».
El mismo día que declaró Lopérfido, hicieron lo propio tres testigos que fueron atendidos en el Hospital Ramos Mejía: Ricardo Stern, Diego Vasini y José Luis Botelli.
A su vez, el último viernes 22 de mayo prestó testimonio el entonces subcomisario de la Policía Federal Argentina, Francisco Santos Miglino, que declaró en calidad de testigo y atribuyó la decisión de desalojar la Plaza de Mayo al gobierno encabezado por De la Rúa.