La comisión de Planeamiento del Concejo Municipal trató ayer el anteproyecto para que el Hard Rock Café, la cadena mundial de restaurantes fundada en 1971 que sobresale por sus decorados y ambientación con objetos de culto del rock, desembarque en Rosario.
En el tramo final de la reunión, los ediles recibieron a los representantes de la firma que planea instalar en Oroño y Rivadavia la primera franquicia del interior del país, tras quedar en veremos un proyecto para Mendoza. En ese marco, presentaron los planos y se llevaron observaciones con la idea de “en 48 horas” elevar el proyecto definitivo, que en principio contaría con mayoría en la comisión. “Nos interesa como concejales la inversión y que Hard Rock esté en Rosario”, remarcó el justicialista Osvaldo Miatello, quien encabeza el cuerpo. Pero no hay unanimidad: la concejala del Partido del Progreso Social Lorena Giménez adelantó que su bancada se opondrá al emprendimiento por las excepciones pedidas, pero más por no tener claridad sobre si se trata de “capitales potables”. Ocurre que Hope Funds, el grupo empresario que detenta la franquicia de Hard Rock en el país, está bajo la lupa de la Afip y de la Justicia.
En la reunión de la comisión participaron el representante de Hard Rock Café, Enrique Lucini, Alfonso Martell, del estudio de arquitectura que diseñó el proyecto para el emplazamiento rosarino, y Carlos García Beltrame, del grupo local que promueve la inversión. Los recibieron, junto a sus asesores, los ediles que integran la comisión, además de su titular, Miatello, y de Giménez: la socialista Viviana Foresi, la radical María Eugenia Schmuck y los ediles del PRO María Julia Bonifacio y Alejandro Rosselló.
Fue este último quien, en el transcurso de la reunión, sugirió los cambios en el proyecto para ajustarse a la normativa minimizando excepciones y garantizando la buena convivencia del emprendimiento con los residentes vecinos. “Tenemos algunas dudas por el tema de la terraza y la relación con los edificios que están cerca del lugar”, graficó Miatello.
En esa línea, Roselló hizo hincapié en la minimización de los ruidos que podrían provocar molestias a vecinos, sugiriendo el uso de paneles de madera para insonorizar el sector de la terraza más cercano a las medianeras.
“Es factible”, respondió el arquitecto Martell, y mencionó que analizarían con qué material hacerlo, mientras que Lucini y García Beltrame indicaron que de inmediato se remitiría la modificación, que ya sería el proyecto definitivo.
En ese marco, Lucini también procuró despejar otras dudas de los ediles: “No es una inversión de tres años y nos vamos”, sostuvo, y recordó que Hard Rock “no es una disco sino un restaurante que a la una de la mañana cierra”.
Así las cosas, el emprendimiento avanzó un casillero más en la comisión –ya se habían sugerido otras modificaciones– y el edil Roselló resaltó la dimensión del proyecto: “Estamos hablando de una inversión superior a los dos millones de dólares, que generará 85 puestos de trabajo”, destacó. Pero ello no conformó a la concejala Giménez, quien marcó que el bloque está estudiando los antecedentes del grupo inversor: Hope Funds SA pertenece a Enrique Blaksley Señorans, quien está bajo la mira de la Administración Federal de Ingresos Públicos y es investigado por la jueza Sandra Arroyo Salgado.