River se clasificó anoche a las semifinales de la Copa Libertadores con autoridad, al vencer en Belo Horizonte al local Cruzeiro por un contundente 3-0, derribando a su paso el mito de la paternidad ejercida por este conjunto brasileño a lo largo de la historia.
Después de la derrota por 1-0 sufrida en el cotejo de ida en el Monumental, cuando todavía el síndrome del escándalo con Boca era una pesada mochila sobre sus espaldas, los jugadores y el cuerpo técnico riverplatenses se juramentaron íntimamente dar vuelta la adversidad y lo cumplieron a pie juntillas.
Y lo hicieron ante un Mineirao repleto, ululante, pero que no resultó para nada intimidante en el ánimo del equipo de Núñez, «aggiornado» para la circunstancia por un entrenador que sigue demostrando temple y conocimientos en situaciones de extrema complejidad como la de hoy. Está recibido de «buen técnico» Marcelo Gallardo. Porque el partido arrancó con un tono equilibrado, lo que fue marcado por opciones repartidas para ambos.
Los dos mostraban versatilidad para atacar y defender, lo que derivaba en falta de precisión por ambas partes. Pero River, en ese desarrollo era el que tenía las posibilidades más claras, hasta que en una contra precisa se puso en ventaja.
El balón derivó en Teófilo Gutiérrez por izquierda, Rodrigo Mora arrastró la marca por el medio y Carlos Sánchez ingresó suelto por derecha a recibir una precisa habilitación del colombiano, para definir con un remate bajo y cruzado.
Y a partir del tanto conseguido a los 19 minutos, el equipo del ‘Muñeco’ Gallardo siguió buscando ampliar la diferencia con autoridad y sin que le pesara la condición de visitante.
Leonardo Ponzio jugó como cinco adelantado y hasta llegó a posiciones de gol, como cuando sobre la media hora remató bajo contra el palo derecho y su disparo se fue apenas desviado.
Acertó con el planteo Gallardo una vez más, ya que se volcó por un mediocampo decididamente combativo y dúctil a la vez, en el que tanto Carlos Sánchez como Ariel Rojas dejaban surcos en el ida y vuelta por los costados, mientras que Matías Kranevitter se ocupaba esencialmente de la recuperación y el equilibrio. Ponzio, lo dicho, era el que hacía un poco de cada una de las cosas que ocupaban a los demás.
Claro que todos ellos eran respaldados por una defensa muy aplicada, en la que los centrales Ramiro Funes Moris y Jonatan Maidana resultaban los más solventes. E inclusive este último hasta se dio tiempo para ir a buscar al área rival sobre las postrimerías de la etapa y poner el 2-0 con un espléndido cabezazo.
Cruzeiro, en tanto, se pareció en mucho al equipo que perdió 3-1 con Huracán en Parque de los Patricios durante la fase de grupos. Indeciso a la hora de defender, insípido a la de crear juego e inofensivo a la de atacar, el conjunto de Belo Horizonte nunca tuvo claro como jugar este partido. Y así le fue durante esos primeros 45 minutos.
Por eso era imprescindible para los locales cambiar totalmente la actitud para la parte complementaria, así como era vital para River mantener la expuesta en la etapa inicial para que la cosecha no se pudriera.
Pero el único que lo hizo fue el representativo argentino, que a partir de eso terminó de definir el pleito cuando solamente se llevaban jugados seis minutos y por fin se le dio a Teo Gutiérrez, que se sacó un defensor de encima con mucha técnica y definió de derecha con su habitual calidad, al palo más lejano del arquero Fabio.
Fue la frutilla del postre para la mejor actuación de River en esta Copa Libertadores y también para el colombiano, que jugando por su selección marcó aquí mismo su único tanto en el pasado Mundial 2014 en el 3-0 ante Grecia.
A tal punto que enmudeció a 56.000 «torcedores» del Cruzeiro que llegaron con las ilusiones en el pecho y se las llevaron en los bolsillos. Y a la emotiva celebración de esos 2.500 hinchas de River que llegaron con la esperanza en el bolsillo y se fueron de regreso a la Argentina con la felicidad en el pecho.
Ahora habrá descanso de Libertadores para todos y River solamente tendrá que palpitar antes de la Copa América cual será el rival para semifinales que le deparará hoy el cruce entre Racing y Guaraní, en Avellaneda. En la ida ganaron los paraguayos 1-0.
La otra semi será para Internacional, de Porto Alegre, el único brasileño sobreviviente para semifinales, y Tigres, de México.
-Síntesis-
Cruzeiro: Fabio; Mayke, Bruno Rodrigo, Manoel y Eugenio Mena; Willians y Henrique; Marquinhos, Giorgian De Arrascaeta y Willian; Leandro Damiao. DT: Marcelo Oliveira.
River: Marcelo Barovero; Gabriel Mercado, Jonatan Maidana, Ramiro Funes Mori y Leonel Vangioni; Carlos Sánchez, Matías Kranevitter, Leonardo Ponzio y Ariel Rojas; Rodrigo Mora y Teofilo Gutiérrez. DT: Marcelo Gallardo.
Goles en el primer tiempo: 19m. Sánchez (R) y 44m. Maidana (R).
Gol en el segundo tiempo: 6m. Gutiérrez (R).
Cambios en el segundo tiempo: Al comenzar Xabier por De Arrascaeta (C), 10m. Allison por Willian (C), 15m. Germán Pezzella por Mercado (R), 26m. Joel por Willians (C) y Camilo Mayada por Ponzio (R) y 33m. Gonzalo Martínez por Gutiérrez (R).
Amonestados: Mena y Willians (C). Barovero y Mercado (R).
Incidencia: 42m. del segundo tiempo expulsado Gabriel (C).
Cancha: Minas Arena (Mineirao, de Belo Horizonte).
Árbitro: Wilmar Roldán (Colombia).
Espectadores: 56.000.