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Se llevan 143 mil pesos en un asalto

La víctima, un policía retirado que tiene una firma de seguridad privada.

Dos ladrones armados le robaron un jugoso botín al dueño de una empresa de seguridad privada, anteayer por la tarde, en barrio San Eduardo. De acuerdo con voceros de la investigación, un par de hombres se colaron en una casa, maniataron a los dueños y se llevaron la plata con la que debían pagar los sueldos de sus empleados. Según precisaron voceros del caso, el asalto puede estar vinculado con la interna entre empresarios del rubro.

Ricardo tuvo un alto rango en la Unidad Regional II y en 2009 decidió dejar de trabajar en la fuerza. Desde entonces es el titular de una empresa de seguridad privada, que trabaja en barrios Tango y Hostal del Sol. Según su propia descripción, es un emprendimiento chico, que va creciendo de a poco. Ricardo vive en Gruning al 9300, una pequeña calle paralela a Jorge Newbery; es un sector poco poblado, de casas coquetas, con patio y pileta.

De acuerdo con su propio relato, el miércoles a eso de las 13.50 un muchacho golpeó las palmas frente al portón de su casa. Cuando salió al patio, para ver quién era, el recién llegado ya estaba dentro de su terreno. “Yo le pregunté qué hacía adentro de mi casa y me dijo que venía a buscar trabajo. Le pedí que se vaya; le di un pequeño empujón y apareció otro más. Ahí nomás sacaron las armas y me obligaron a entrar”, explicó la víctima.

Los ladrones estuvieron sólo unos minutos en la casa de Ricardo. Ataron a Sonia, su esposa, y mientras uno de los ladrones le apuntaba en la cabeza a la mujer el otro intimaba al esposo a que les entregara dinero.

Ricardo no tuvo muchas alternativas: fue hasta uno de los cuartos, sacó 143 mil pesos que guardaba en el interior de un cajón y se los dio a los ladrones. “En todo momento podría haber intentado reducirlos, no la tenían muy clara; pero estaba en juego la vida de mi señora”, explicó Ricardo a El Ciudadano. Según la víctima, los ladrones portaban un revólver calibre 38 y otro 22 milímetros y, luego de robarle, se fugaron en un Volkswagen Gol gris, en el cual los esperaban otras dos personas. “Cuando se fueron, salí con una escopeta y tiré tres tiros al aire, para que no vuelvan nunca más”, contó el hombre asaltado.

Según un vocero del caso, el robo puede estar enmarcado en la competencia entre empresas de seguridad. “Cada vez hay más negocio en la seguridad privada y la disputa por el mercado se está poniendo pesada”, dijo un pesquisa.

El caso es investigado por la Fiscalía de Flagrancia y Turno, con la colaboración de uniformados de la subcomisaría 2ª y la PDI.

Disputa a tiros

Con la disputa por el mercado como marco, según dijo la víctima, un hombre que se trasladaba en un Ford Focus y había pasado varias veces frente a la sede de la firma de seguridad privada Seals, ubicada en Mendoza al 3100, disparó desde el vehículo en que se movilizaba en los primeros minutos de la madrugada del lunes 1º de junio. El tirador gatilló sólo una vez su pistola 11.25: el plomo ingresó por una ventana, atravesó una reja y se incrustó en una biblioteca. Pese a que el ataque quedó filmado en una videocámara, no se habían reportado detenciones.