Una familia de supermercadistas chinos fue asaltada anteanoche, mientras cerraba su comercio. De acuerdo con fuentes del caso, cuatro ladrones sorprendieron a los dueños, los maniataron y les robaron gran cantidad de dinero, para luego fugarse, sin dejar rastro.
Las víctimas debieron ser hospitalizadas debido a los golpes que les propinaron durante el atraco. Por el caso, hasta ayer por la noche, no había sospechosos, ni detenidos.
La familia de Chan lleva casi una década trabajando en el local de Garibaldi al 1000, entre Sarmiento y San Martín; son muy queridos en el barrio, algo que podía verse ayer por la mañana, cuando El Ciudadano se presentó en el lugar para entrevistarlos y no paraban de recibir saludos y palabras de apoyo por parte de transeúntes.
El de los Chan no es el típico supermercado; funciona en una construcción muy bonita, con lajas rojas en el frente y una escalera en uno de los laterales que lleva a la planta alta, donde viven Chan, el dueño, de 49 años, y su esposa Sing, de 48 años.
De acuerdo con lo que contaron vecinos, el viernes a la noche, a eso de las 22, los comerciantes estaban cerrando el súper cuando se les aparecieron cuatro personas. En principio simularon ser clientes, pero cuando captaron la atención de los dueños sacaron armas de fuego de entre sus ropas y los amenazaron.
Para comenzar, se hicieron con 4 mil pesos de la caja registradora y los pusieron dentro de un bolso. Pero sabían que en el súper de los Chan había más plata.
Por eso, de acuerdo con lo que contaron los investigadores a El Ciudadano, con el dinero de la caja chica ya en su poder, los ladrones obligaron a las víctimas a subir a la planta alta del local. A Chan le dieron un culatazo en la cabeza, que le produjo un importante corte en el cuero cabelludo; le precintaron las piernas y las manos e hicieron lo mismo con su esposa. Luego, amenazándolos con un arma, los ladrones le exigieron al matrimonio que les entregara la plata que tenían escondida en el lugar.
A los Chan no les quedó otra que acatar las amenazas y les indicaron a los ladrones dónde podían encontrar 35 mil pesos, que tenían escondidos en un cajón del dormitorio.
Ya con los 39 mil pesos en su poder, el cuarteto de ladrones se fugó del lugar, sin dejar rastro. “Aún no sabemos si los estaba esperando alguien afuera o si ellos mismos conducían algún vehículo. Por el momento no tenemos ningún dato de los chorros”, señaló un vocero de la pesquisa.
Unos minutos después de la partida de los ladrones un vecino se dio cuenta de lo que había pasado y llamó al 911.
El matrimonio fue trasladado al hospital Roque Sáenz Peña, donde recibió curaciones por los golpes que le dieron los ladrones.
El caso es investigado por la Fiscalía de Flagrancia y Turno, con la colaboración de uniformados de la comisaría 15ª de barrio Tiro Suizo.
