El primer ministro griego, Alexis Tsipras, desafió ayer a los acreedores, a la llamada troika: el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco Mundial (BM) y denunció un intento de “humillar” a su gobierno, argumentando que la insistencia de imponer recortes adicionales está políticamente motivada. Por eso los desafió a que digan si quieren poner de rodillas a su país o salvar a Europa.
Tsipras señaló que quiere un acuerdo que acabe con el debate de una salida de Grecia de la eurozona, pero dejó en claro que su gobierno fue elegido para acabar con el ajuste, rescatando la postura que mantuvo desde que se rompieron las conversaciones con los acreedores el pasado domingo.
“El mandato que tenemos del pueblo griego es acabar con la política de ajuste”, sostuvo y agregó: “Para lograrlo, tenemos que buscar un acuerdo que reparta la carga de forma equitativa y que no perjudique a asalariados y jubilados”, agregó, según informó la agencia de noticias Europa Press.
Por tal razón, emplazó a los acreedores a decidir si lo que quieren es “poner de rodillas” a un país o “asegurar el futuro de Europa”, e insistió en que su gobierno sigue dispuesto a llegar a un acuerdo.
“Ya es hora de que Europa decida sobre el futuro no sólo de Grecia sino también de la eurozona y si quiere poner de rodillas a un país o asegurar el futuro de Europa”, dijo en un discurso ante el bloque parlamentario de su partido, Syriza, que se reunió para evaluar la situación tras la interrupción de las negociaciones, informó la agencia de noticias EFE.
Paralelamente, Tsipras se reunió con los líderes de dos partidos de oposición, el proeuropeo To Potami y el socialista Pasok, en busca de apoyo para las negociaciones con los acreedores del país.
El líder de To Potami, Stavros Theodorakis, aseguró que su partido apoyará un acuerdo con los acreedores sobre nuevas medidas de ajuste a cambio de ayuda para Grecia.
En su opinión, el país se encuentra ante una disyuntiva: uno de los caminos es “difícil”, el otro (sin acuerdo) lleva “a la catástrofe”, informó la agencia de noticias DPA. “Es un momento crítico”, afirmó también la nueva líder socialista, Fofi Gennimata. “La ruptura (con los acreedores) no es una solución”, advirtió para instar luego a Tsipras a actuar “ahora”. To Potami cuenta con 17 de los 300 diputados del Parlamento griego, mientras que Pasok tiene 13 parlamentarios.
Sin embargo, el primer ministro arremetió contra el FMI y aseguró que el Parlamento, y no sólo Syriza, no podrá dar su aprobación si se trata de adoptar un modelo que fracasó no sólo en Europa sino en el mundo. “Nos piden adoptar un acuerdo que no sólo no resolverá el problema, sino que hundirá la economía en la recesión” y alejará toda inversión estratégica, dijo.
Por su parte, el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, afirmó ayer que no ve casi margen para nuevas concesiones a Atenas y destacó la dureza de las propuestas griegas.
“Las propuestas de reformas y medidas de ahorro a Grecia son tan duras y crueles que ni los alemanes las aceptarían para ellos”, declaró a la revista alemana Der Spiegel. Y disparó ante una pregunta puntual: “Pregúntenle a la señora (la canciller Angela) Merkel si habrá acuerdo esta semana”.
En tanto, la canciller alemana, no pierde la esperanza de que el gobierno griego y los acreedores logren alcanzar un acuerdo, pero evitó pronunciarse respecto a las especulaciones sobre una posible cumbre de jefes de Estado y de gobierno este fin de semana en Bruselas. Su postura es la más dura para obligar a pagar a los griegos.
El gobierno griego debe alcanzar un acuerdo para poder recibir el tramo final del rescate europeo, de 7.200 millones de euros. El 30 de junio tiene que pagar 1.600 millones de euros al FMI y son muchas las voces que creen que Atenas no podrá afrontar ese pago por sí sólo.
Acusan al FMI de criminal
El primer ministro griego Alexis Tsipras denunció ayer la “responsabilidad criminal” el FMI por la situación de Grecia, al borde de un impago de deuda, y buscó apoyo interno al recibir a dirigentes de los partidos de oposición. Dos días después de otro fracaso de las negociaciones entre Atenas y sus acreedores, Tsipras arremetió con dureza contra éstos, en una reunión ante el grupo parlamentario de su formación de izquierda radical, Syriza.
“Ha llegado el momento de que las propuestas del FMI (en las negociaciones) sean juzgadas no solamente por nosotros sino por Europa (…)” dijo.