La fuerte tensión que se vive en Grecia en el marco de su tironeo con el FMI y con la Unión Europea marca la endeble situación del Sur del viejo continente y permite analizar también el impacto internacional que todavía tiene la experiencia de salida de la crisis de 2001 protagonizada en su momento por la Argentina.
Basta escuchar el discurso del primer ministro griego, Alexis Tsipras, al parlamento de su país ofrecido la semana última luego de abandonar las negociaciones en Bruselas con el Eurogrupo para comprender el tenor de esa crisis.
“La persistencia de las instituciones en forzar un programa de austeridad que ha fallado, obviamente, y su insistencia en las medidas que ellos saben que no aceptaremos, no puede ser simplemente un error, o el resultado de un exceso de celo”, advirtió allí Tsipras.
En un estilo que hace recordar al del primer Néstor Kirchner, el dirigente heleno señaló también: “Es probable que su insistencia ampare motivos políticos, así como un plan político para humillar no sólo al gobierno griego, sino también, a nuestro país. Pasarle un mensaje claro para el pueblo griego y los pueblos de Europa, de que un mandato popular no puede cambiar las cosas”.
“Ha llegado la hora de que las propuestas del FMI sean juzgadas. Públicamente. No por nosotros, sino por la propia Europa”, señaló Tsipras en muy duros términos.
Además, hace sólo unas horas, el primer ministro griego advirtió desde Moscú que “Europa ya no es el centro del mundo” y habló de la multipolaridad, un concepto también muy caro a los gobiernos kirchneristas.
“Después de la crisis de 2008, el mundo es diferente. En Europa hemos tenido la ilusión de que somos el centro del mundo, cooperando sólo con nuestros vecinos directos. Pero el centro del mundo ha cambiado de lugar, hay nuevas fuerzas políticas y económicas. Las relaciones internacionales adquieren un carácter multipolar”, dijo el dirigente griego.
Tsipras está jugando un juego de nervios con la Troika –FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea– que se vuelve cada vez más intenso al pasar las horas.
Según se supo ahora e informó la agencia AFP, los responsables europeos pidieron a Atenas que hiciera nuevas propuestas antes de la cumbre que tendrá lugar hoy en Bruselas.
El ministro de Estado griego, Alekos Flamburaris, sugirió que el gobierno podría modificar la oferta, pero todavía faltan las certezas.
Recién en los próximos días se sabrá cómo se resuelven las presiones cruzadas, cuando se reúnan los jefes de Gobierno y Estado de la Unión Europea.
Tsipras se mostró satisfecho de llevar las negociaciones “al más alto nivel político en Europa” y vaticinó que “los que invierten en la crisis y en escenarios de terror se verán refutados”.
De todos modos, el hecho de que la situación de Grecia amenace con un default y una salida ruidosa del Euro habla de la gravedad de la crisis.