Tras casi 17 horas de maratonianas negociaciones, los líderes europeos alcanzaron un acuerdo con el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, para que acepte duras condiciones de reforma a cambio de iniciar las conversaciones para ese tercer rescate, que se situaría en torno a los 82.000 a 86.000 millones de euros.
El encargado de anunciar el acuerdo fue el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien dijo que los líderes de la eurozona han alcanzado «un acuerdo unánime» para iniciar las negociaciones para el tercer rescate en favor de Grecia.
Tusk, en un mensaje en la red social Twitter, señaló que «todo está preparado para llevar al Mecanismo europeo de Estabilidad (MEDE) el programa para Grecia, con serias reformas y apoyo financiero».
El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, destacó que el acuerdo al que se ha llegado «ha sido laborioso y ha llevado tiempo, pero lo hemos conseguido».
«La CE dijo desde el principio que no aceptaríamos un ‘grexit’, y no lo habrá, así que en cuanto al fondo y a la forma estamos contentos del resultado», afirmó Juncker.
Asimismo apuntó a la consolidación presupuestaria y a la necesidad que Grecia tiene de generar crecimiento económico y empleo, por lo que se congratuló de que «los líderes hayan retenido la idea de un plan de 35.000 millones de euros a la economía griega que la CE había propuesto».
Deuda
Grecia ha obtenido de sus socios la vaga promesa de que estudiarán un alivio de las condiciones de reembolso de su abultada deuda, aunque en ningún caso una quita como pretendía Atenas.
El endeudamiento de Grecia con sus acreedores alcanza los 225.000 millones de euros, una cantidad que pese a su tamaño, podría devolver si aplica las drásticas reformas a las que se ha comprometido en Bruselas.
A este montante se le añadirán al menos otros 86.000 millones de euros, montante estimado del tercer rescate al que están dispuestos los miembros de la Eurozona.
Los créditos bilaterales del primer rescate ascendieron a 52.900 millones de euros, tienen un vencimiento medio de 25 años y se les aplica un tipo de interés variable, que es el Euribor a tres meses más 50 puntos básicos.
Grecia ha recibido del segundo programa de ayuda del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) créditos por valor de 130.900 millones de euros, a una tasa de interés similar a los del primer programa de rescate y un vencimiento medio de 31,1 años, pero no debe pagar los intereses hasta los próximos diez años.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) prestó a Grecia unos 25.000 millones de euros, pero de ellos ya ha devuelto una parte y le quedan por pagar 21.100 millones de euros.
Los intereses de los préstamos del FMI, con el que Grecia está en mora por un pago no realizado el 30 de junio de unos 1.600 millones de euros, son más altos, del 3 %, y los últimos vencen en 2022.
Por su lado, el BCE y los bancos centrales de la zona del euro comenzaron a comprar en mayo de 2010, bajo la presidencia del francés Jean-Claude Trichet, deuda soberana de Grecia que ya no se podía colocar en el mercado a tipos de interés razonables.
El BCE ha adquirido, a través de este primer programa de compra de deuda, bonos griegos por un valor nominal de 19.800 millones de euros y un vencimiento medio de 3,5 años.
Descontada la cantidad adquirida por el Banco de Grecia, el monto de bonos adquiridos asciende a 17.600 millones de euros.
Este programa finalizó en septiembre de 2012, aunque las compras se pararon ya en marzo, cuando el BCE decidió iniciar un segundo programa de compra de deuda, que nunca ha llegado a aplicar pero que sirvió para frenar los movimientos especulativos en el mercado, que entonces penalizaban a España e Italia.
En caso de que Grecia saliera de la zona del euro, habría que añadir a estas cantidades otros 100.300 millones de euros del saldo del sistema de pagos TARGET.
De este modo la cantidad de ayudas que ha recibido Grecia y la responsabilidad que tiene por los pagos asciende a cerca de 322.000 millones de euros, el 180% del producto bruto interno (PBI) del país.