Y Mauricio Macri debutó: tuvo su primer acto político clásico. Ocurrió, como anticipó este diario, el sábado pasado en Mar del Plata y volverá a explorar ese formato, inédito en el mundo PRO, casi una aberración para Jaime Durán Barba, el próximo viernes en Junín.
El comité de campaña que gerencia Marcos Peña fijó, en un borrador inicial, una agenda de cuatro o cinco actos en la provincia, pero finalmente sólo, al menos antes del 9-A, serían dos. Lo que no se modificará será la plana mayor: el mapa que diseñó el macrismo tiene como escala primordial la provincia de Buenos Aires, el universo donde se asume más vulnerable y donde el staff campañista del PRO detecta la mayor potencialidad para capturar voto volátil.
Dos caminos para igual meta
La ruta de los votos de Macri es casi antagónica a la de Daniel Scioli. El candidato del peronismo K se enfocará, sobre todo, en el interior del país: hasta el próximo sábado, tiene pautado visitar siete provincias y eso combinado con dos cumbres –una con intendentes del PJ y otra con sindicalistas, las dos en Costa Salguero– y un menú, más acotado, en Capital y en provincia de Buenos Aires.
Así como el candidato del PRO concentrará su mayor esfuerzo en territorio bonaerense, Scioli decidió orientarse hacia el interior. Hay una lógica táctica: los campañólogos sciolistas entienden que puede resultar más eficaz apuntar a consolidar el “voto posible” en provincias del interior que intentar mejorar un uno por ciento en Capital Federal.
Atropellando destinos
Sumando millaje, Scioli tiene hoy agenda en Mendoza, Chaco y Corrientes, mañana amontona actividades en Capital, y sobre el fin de la semana estará en Tandil y prevé un desembarco en Entre Ríos con Sergio Urribarri.
El sábado, aunque todavía está en suspenso, volaría a Jujuy y a Salta para compartir shows con Eduardo Fellner y con Juan Manuel Urtubey. El salteño (en quien, antes de la fórmula única con Carlos Zannini, el bonaerense pensó como su vice) aparece en el radar sciolista con alto protagonismo: futuro jefe del PJ –el mandato excepcional de Fellner caduca en 2016– o ministro político si aceptara, algo ahora difícil, dejar la provincia a poco de asumir su tercer mandato.
La ruta de Macri
Macri mirará menos al país interior (tiene agenda en Mendoza y en La Pampa, esta semana) al igual que Sergio Massa, que intercalará destinos entre la provincia de Buenos Aires y el norte argentino, en general en dominios gobernados por el peronismo K o por socios. Ayer estuvo en Mar del Plata, hoy, en Olavarría –pago de José Eseverri, uno de los fundadores del FR que migró al FpV– y destinará mañana y el jueves a actos, caminatas y caravanas por el conurbano sur.
Oraciones y mirada en 2007
El massismo acumula furias y los intercala con rezos. Se abraza a la ilusión –que se alimenta con los datos de algunas encuestas– de arrimarse a Macri y romper, en el score de las primarias, la polarización entre Scioli y el jefe del PRO. El grueso de los sondeos perfila un duelo centralizado entre el bonaerense y el porteño, pero Massa bracea para convertir esa puja en un truco gallo con tres actores. En el massismo ven un escenario similar al de 2007, en el que el segundo y el tercero (léase Macri y Massa) estarían parejos, pero lejos de Scioli. Con ese enfoque, la supervivencia de Massa depende de quedar a la par de Macri en la primaria para que no haya, de cara a octubre, una fuga de votos hacia el principal opositor, el síndrome que castigó a Francisco de Narváez en 2013, cuando cayó de 12 a 6 puntos entre la primaria y la general.