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Sin códigos a la hora de matar

El Pimentón era casi una leyenda en el monoblock de Corrientes al 4900. Tenía 41 años, se había rehabilitado, formó una nueva pareja y se mudó a Granadero Baigorria, pero una visita a su viejo barrio terminó siendo mortal.

A Luciano Ojeda no le decían “El Pimentón” porque sí. El hombre de 41 años era un picante conocido y respetado por todos en el barrio Tiro Suizo. Supo ser uno de los líderes del monoblock ubicado en la zona de Corrientes al 4900 y pasó la mitad de su vida entre la calle y la cárcel. Luego de su última salida de prisión, se fue a vivir a Baigorria con su novia y empezó a trabajar de albañil. El sábado a la noche volvió al barrio a visitar a sus amigos y fue asesinado frente a todo el vecindario de un puntazo en el cuello. Sus allegados dijeron que no lo mataron por un ajuste de cuentas, sino por la diferencia entre “los códigos de grandes y los códigos de chicos”.

El complejo monoblock ubicado en la zona de Corrientes al 4900 es desde hace unos años un territorio en disputa. Los vecinos atribuyen los problemas al avance de una nueva generación de pibes que vino a romper con los códigos habituales del barrio. La diferencia entre “los códigos de grandes y los códigos de chicos”, explicaron. “Antes si había uno que robaba, se iba a otro barrio, no lo hacía con sus vecinos. Estos chicos rompen con todo, se manejan con mucha violencia, amenazan a la gente” se oyó decir.

El Pimentón se crió en el barrio Tiro Suizo y fue uno de los líderes del complejo. Era un hombre conocido en el barrio por su fama de pesado, pero también era querido y respetado. Con los años, pasó más tiempo entrando y saliendo de la cárcel que viviendo en la zona y luego de su última salida de prisión decidió vivir en Granadero Baigorria con su novia, una chica que conoció cuando estaba preso. “Se estaba rescatando, se había conseguido un laburo de albañil. Venía al barrio de vez en cuando a tomarse unos porrones en la vereda con sus amigos y a visitar a su tía”, contó un vecino.

El sábado el Pimentón salió de trabajar de una obra en construcción y decidió volver al barrio de visita. Frente a una verdulería ubicada sobre Esteban de Luca, casi en la entrada del monoblock, se quedó con viejos amigos tomando algo. Era casi la medianoche y la vereda estaba llena de vecinos, entre ellos un grupito de jóvenes. El Pimentón discutió con uno de ellos y se fueron a las manos.

El chico, conocido en el barrio, sacó un chuchillo y le dio a Pimentón un certero puntazo en el cuello, para luego darse a la fuga. Pimentón quedó malherido y entre varios amigos lo llevaron a la esquina de Corrientes y Esteban de Luca, donde una vecina llamó al 911. Sin embargo, ya era tarde. Él se recostó en la pared de una casa y murió. Para sus allegados, su muerte no fue producto de un ajuste de cuentas.

Bandas

El grupo de jóvenes señalado como la banda en ascenso en la zona de los monoblock está asociado a varios delitos conocidos en las crónicas policiales. Uno de los más recientes fue a fines de mayo, cuando un colectivo de la línea 135 fue asaltado dos veces con minutos y pocas cuadras de diferencia. El primer robo fue en Paraguay y Gutiérrez y el segundo en la misma esquina donde El Pimentón encontró la muerte, Corrientes y Esteban de Luca.

El crimen es investigado por el fiscal de Homicidios Dolosos, Florentino Malaponte, con la colaboración de la comisaría 15ª, con jurisdicción en la zona.

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