Un joven de 22 años fue imputado ayer por la muerte de Carlos Rubén Fernández. El hecho tuvo lugar en la tarde del domingo en un pasillo de Lamadrid al 100 bis, donde la víctima perdió la vida luego de recibir 2 balazos. Por el hecho un joven, conocido como el Correntino, fue detenido al día siguiente y acusado de homicidio, abuso de armas, lesiones y portación aunque no es el único sospechoso en el caso. Concluida la acusación fiscal, el juez Luís María Caterina dictó la prisión preventiva sin plazo para el muchacho a pesar de los esfuerzos de la defensora oficial, decisión que dejó al imputado tras las rejas mientras se lleva adelante la investigación.
Rubén Fernández tenía 55 años y la tarde del domingo llegó a un pasillo de Lamadrid al 100 bis junto a su hijo a solucionar un problema que había con unos jóvenes que vendían drogas. Según el relato del hijo de la víctima que fue testigo de la secuencia, en el lugar se toparon con tres personas entre las que estaba el Correntino y se inició una discusión que se elevó de tono. El testigo sostuvo que fueron atacados con machetes y que el Correntino sacó un arma.
En esa situación, el muchacho (el hijo de Fernández) salió corriendo hacia la comisaría 11ª, ubicada a dos cuadras del lugar. En tanto, Rubén Fernández se tomó a golpes de puño con el Correntino y recibió dos tiros, uno en la cabeza y otro en el tórax, que lo llevaron a la muerte, refirió el fiscal Florentino Malaponte.
Narcos
En el lugar no se hallaron vainas y el hijo de la víctima, testigo ocular del hecho, señaló a los agresores como “transeros” e identificó a un hombre, su hijo y al Correntino, este último como el tirador, quien finalmente fue identificado como Juan Ezequiel C. y fue detenido anteayer.
La versión policial sostuvo que el sospechoso trató de huir cuando fueron a buscarlo.
Sin embargo, el Correntino afirmó que estaba en el negocio de un amigo cuando llegó la policía y lo llevaron detenido.
Por su parte, el sobrino de la víctima, brindó, a criterio del fiscal, el móvil del hecho. El joven sostuvo que el día anterior uno de los agresores lo baleó en la pierna en dos oportunidades, circunstancia en la que estuvo presente el Correntino. En su descargo el sospechoso se despegó del hecho y afirmó que en la tarde del crimen estuvo mirando una película con su esposa y un chico de 12 años.
Su defensora, Nora Gaspire, hizo una fuerte labor con el fin de desvirtuar la existencia de peligrosidad procesal aunque el juez Caterina no hizo lugar a su pedido de morigeración y dictó la prisión preventiva sin plazo y ordenó, a pedido fiscal, una pericia al celular del detenido que se encuentra secuestrado.