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Procesan a una viuda negra

En diciembre pasado, luego de ponerle un sedante en el mate, hizo que una anciana sacara un crédito en una financiera y se quedó con el dinero, según la acusación. Su sobrina terminó por inculparla.

A fines de diciembre pasado, una mujer de 52 años, bajo la modalidad de viuda negra, le sacó a una anciana residente en Villa Gobernador Gálvez casi cuatro mil pesos, que la víctima –sedada y mediante engaños– obtuvo a través de un crédito en una financiera ubicada en el centro de Rosario, según la imputación judicial. La estafadora y su sobrina fueron detenidas dos días después por la Policía y, si bien en un primer momento dieron una versión distinta de lo sucedido, la familiar de la viuda negra rectificó sus dichos y apuntó contra su tía, quien esta semana fue procesada por el juez de Instrucción de la 15ª Nominación. La mujer, a quien además se le trabó un embargo de tres mil pesos, ya cumplió una sentencia de seis años y medio de prisión por varios hechos similares, confiaron fuentes judiciales.

El día de los inocentes del año pasado, María Elsa P. estaba haciendo mandados en comercios de Villa Gobernador Gálvez cuando, en la esquina de Urquiza y avenida Mitre, se encontró con una mujer a quien –según relató en su momento– no veía desde hacía siete años, cuando trabajaba como portera en una escuela de esa ciudad.

Eso ocurrió durante la mañana del lunes 28, cuando la “sorprendida” ex portera la llenó de elogios y le dijo que quería visitarla, por lo que la anciana le dio su dirección. Esa misma tarde, la mujer, identificada como Nancy Beatriz B., llegó hasta la casa de María Elsa junto a una mujer de 33 años, a quien presentó como su sobrina.

Las tres se sentaron a charlar en la vivienda de la anciana, hasta que luego de realizarle algunas preguntas Nancy le dijo a María Elsa que le iba a conseguir un bolsón de navidad, que les daban a todos los jubilados. Pero para eso necesitaba fotocopias del DNI, su recibo de sueldo, el carné de Pami y un impuesto a su nombre. Mientras dialogaban, la anciana tomó unos mates que Nancy le cebó, aunque ésta no la acompañaba.

Luego, Nancy y su sobrina, de nombre Sandra, se fueron del lugar con la promesa de presentarse al día siguiente e ir, junto a María Elsa, a buscar su bolsón. Esa noche la anciana no la pasó bien, ya que se sintió mareada, decaída y con mucho sueño. Los médicos que la vieron le diagnosticaron depresión y presión baja, por lo que sus hijos le dieron un caldo muy salado. Nadie supuso que en realidad la anciana había sido sedada al tomar mate.

A eso de las 9 del día siguiente, Nancy y su sobrina aparecieron nuevamente en casa de María Elsa. Como la mujer no estaba lista, porque le faltaban un par de papeles, las dos mujeres la esperaron en el interior de la vivienda, mientras le cebaron mates, como la tarde anterior. La anciana no vio que ellas tomaran, pero en ese momento no le prestó importancia.

María Elsa volvió a sentirse mal, pero igual fueron en un remís hasta una financiera ubicada en el microcentro de Rosario, donde la mujer terminó firmando unos papeles. Ella pensó que eran para darle un dinero como plus por su condición de jubilada, pero en realidad lo que hizo fue sacar un crédito por 3.800 pesos, que con intereses y gastos terminaron siendo 9.564 pesos, pagaderos en treinta cuotas consecutivas. En el lugar le dieron varios papeles y dos cheques (de 1.900 pesos cada no), que la anciana cobró ese mismo martes en una sucursal bancaria asentada sobre peatonal Córdoba. El dinero lo guardó en un bolso y durante toda la transacción estuvo mareada, decaída y con sueño, pero igual hizo lo que le pidieron. El bolsón no se lo dieron y la promesa de Nancy fue que se lo iban a llevar al día siguiente.

Volvieron a Villa Gobernador Gálvez en taxi, con María Elsa sintiéndose cada vez peor. Las dos mujeres la dejaron en la puerta de su casa, con la promesa de regresar al día siguiente para buscar el bolsón. Un rato más tarde, la mujer comprobó que la plata que había guardado en su bolso no estaba. Y esa tarde, cuando sus hijos fueron a ver cómo estaba, les contó lo que había pasado y fue ahí que uno de los hijos le dijo que la habían engañado, ya que lo que en realidad había firmado eran los papeles de un crédito.

La Policía fue alertada del hecho y, en la mañana del 30 de diciembre, pesquisas de la comisaría 26ª arrestaron a las dos mujeres cuando se disponían a llevar nuevamente a Rosario a María Elsa, con la excusa de buscar el prometido bolsón.

En un primer momento, tanto Nancy como su sobrina dieron una versión distinta de la de María Elsa, ya que ambas sostenían que fue la anciana quien las paró en la calle y les pidió ayuda y compañía, ya que sus hijos no tenían tiempo.

Pero unos días después, la presunta sobrina de Nancy rectificó sus dichos y dijo que la primera declaración la hizo presionada por Nancy, y que en realidad la versión de María Elsa era la correcta. Además aclaró que, cuando preparó el mate, Nancy le puso pedacitos de una pastilla que molió con las manos. En un primer momento no supo que eran esas pastillas, hasta que finalmente supo qué eran Lexotanil, un ansiolítico que produce adormecimiento y mareo. Un blíster con esa droga fue secuestrado en el bolso de Nancy cuando fue detenida en la mañana del miércoles 30 de diciembre.

Este hallazgo, la declaración de la víctima y el resultado de análisis forense, que develó que las muestras de sangre extraídas a María Elsa tenían restos de benzodiapezinas, droga que se comercializa como ansiolítico, bajo los nombres de Lexotanil, Valium, Trapax o Rivotril, entre otros, llevó al juez de Instrucción Jorge Baclini a procesar a Nancy Beatriz B. y a Sandra Nora M., por el delito de robo por el ejercicio de violencia por la utilización de medios hipnóticos o narcóticos. Además, el magistrado dispuso un embargo de tres mil pesos para cada una de las mujeres y que Nancy quedara detenida, ya que posee varios antecedentes por hechos similares.

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