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La Tersura de Flor Balestra

“Este dibujo tiene un arrojo bastante desprolijo que yo me permito mostrar”, señala la artista, que presentará las aventuras y desventuras de Tersura, personaje que no es linda pero se siente linda, en Plataforma Lavardén.

Tersura es la cualidad de terso, la tersura de la piel y la del papel. Tersura es un personaje de ficción creado por Flor Balestra, una mujercita pechugona, atolondrada, festiva, que muestra sus aventuras y desventuras en blanco y negro junto a sus amigos.

Tersura es enamoradiza, turbada, lanzada y saltarina. Tersura usa tacones y adora su carterita. Tersura se pinta los labios en forma de corazón. Ella, que no es linda pero se siente linda, cree que los moñitos son felices.

Así, Flor nos invita a preciar las escenas de la vida cotidiana de Tersura, y de los personajes que la rodean en su mundo en la muestra “Ella se llama Tersura” se inaugura este jueves 13 de agosto, a las 19,30,  en la Sala de las Miradas del edificio ubicado en  Sarmiento y Mendoza. Con entrada libre y gratuita, permanecerá en exposición hasta el 29 de agosto y se enmarca dentro de los festejos por los tres años del proyecto Plataforma Lavardén.

Florencia Balestra, más conocida como Flor, nació y vive en la ciudad de Rosario. Es dibujante y cronista plástica. Es Licenciada en Artes Visuales (egresada de la Facultad de Humanidades y Arte de la UNR). Fue docente en la Facultad de Bellas Artes y en la Escuela Municipal Manuel Musto. Ha publicado dibujos, ilustraciones y humor gráfico en las revistas Risario, Tres Puntos, Puentes, Lápiz Japonés, Cosmopolitan, El Amante y Barcelona, entre otras. Realizó además que realizó animaciones para músicas de Juana Molina; Fernando Kabusacki; y en Claustrópolis, del film Anima Buenos Aires de Caloi.

 

En 2003 publicó su primer libro El Hilito, ahora adquirido por el Ministerio de Educación de la Nación para distribuirlo en escuelas del país. Editó “Asunto Impreso” (reedición 2005/ 2007). Realizó ilustraciones para Versos para cebollitas, de María Elena Walsh, y Una lección de vida, de Roberto Fontanarrosa, ambos de editorial Planeta.

 

Tersura es su más reciente personaje, y Flor le cuenta a El Ciudadano sobre la muestra que arriba a la ciudad tras pasar con éxito por el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires.

 

– A Tersura le fue muy bien en la muestra de Buenos Aires, gustó un montón, yo me sentí muy cómoda y feliz con el personaje, por eso ahora presento a sus amigos. Podemos decir que ella es una mezcla de persona amable y de tanto en tanto tiene un rapto de ira.

 

– ¿Ella está detrás del corazón, buscando siempre el amor?

– Bueno, es un poco descerebrada Tersura, tiene esa cosa femenina media descabezada. A veces me preguntan quién es y en quién me baso y creo que es el resultado de las charlas con amigas, o en aquellas que escuchás en un bar o en encuentros con las vecinas. Son confesiones de mujeres… no se. La verdad es que no me lo propuse. Durante un montón de tiempo estuve escribiendo en servilletas o papelitos hasta que en un momento me di cuenta que tenía mucho material desperdigado, lo hilvané todo y salió esto.

 

– Si nos remontamos al tiempo en que eras estudiante de la Facultad de Humanidades o de la Revista Risario, vos dibujabas un personaje que era una bailarina….

– Es verdad. Tiene algunas desventuras en común. Siempre me pasan cosas un poco fatales, será porque la fatalidad me encanta y me sigue a todas partes, y salgo con humor de ese estado como en la vida misma. Estas muchachas son un poco perdedoras, pero muy fuertes adentro.

 

– ¿Cómo es tu proceso de trabajo, anotás las ideas o un guión  sobre lo que querés que transmita Tersura y después lo pasás al dibujo?

–  A veces anoto la idea en un papel y después paso al dibujo. Pero lo que tiene esta muestra es que fue concebida al azar, fortuitamente, no desde un tablero. Fue dibujada en lugares impensados, en todas partes, por eso tiene un arrojo bastante desprolijo que yo me permito mostrar… había y quedaba, no lo volvía a tocar. Me siento bien con eso de no volver a tocarlo. Cuando yo hacía danza, los mejores momentos eran los de la improvisación y para armar algo con eso costaba mucho recuperar lo que se ganaba en la improvisación.

 

– Otra vez el baile y el dibujo…

– Y si, porque se mueve, es espacial, lo mismo con la música o la literatura, porque me formaron y me marcaron. Digamos que las sigo disfrutando y me acompañan en lo que produzco.

 

– Vos creaste otros personajes en diferentes momentos de producción, pero Tersura tiene una “personalidad” muy fuerte y da la impresión que ella llegó para bailar sola más allá de lo que Flor decida…. ¿Ella crecerá hasta llegar al libro?

– Me gustaría, es de mucha labor porque es muy trabajoso armar un libro y yo soy un poco perezosa; pero siento que lo voy a tener que hacer porque siento que ya está hecho, solo hay que sentarse a editarlo y hoy me es más fácil relacionarme con algunas editoriales que me han pedido hacer algo juntos, por lo que siento que estoy más cerca.

 

– Tersura es una mujer que vive entre nosotros, más allá de la cuestión de género, es una muchacha rosarina…

– Ella no tiene un registro de la ciudad todavía. Sé que Tersura le gusta mucho a los niños y también a los hombres, lo que es muy gracioso. Hay un fan número uno que es un boxeador, campeón peso pesado, al que le gusta mucho Tersura.  Me parece que se engancha con las desventuras que le pasan a ella.

 

– ¿Cuáles son los personajes que forman el mundo de Tersura?

– Los Niñórribles, esos no paran de pelear; Palmito que es un chico pálido, Miguelina, la Chica Mortadela, El catedrático Sánchez, que es canaricultor. Están también Cortado Caliente y Cafecito Amargo, Azuquita, quien cada tanto tiene estallidos de felicidad. Ella está enamorada de Cafecito Amargo y él no le da bolilla porque no la necesita. Así que a la pobre Azuquita la siguen las hormigas solamente. En cambio está Cortado Caliente, pero ella no lo mira mucho.

Los personajes son muy ávidos y trabajo mucho con la obviedad, digamos que  les pasan siempre cosas que no terminan en finales felices, pero eso me gustan mucho. A la bailarina que yo hacía hace años, le pasaban cosas terribles y yo lo atenuaba con una línea muy delgadita y otras cuestiones porque obviamente el drama absoluto no es lo mío.

 

– Lo tuyo es la ternura y el humor además del movimiento….

– Tersura puede ser tierna, yo no sé, porque tengo obra de toda índole, lo mío no es la ternura, pero si creo que Tersura tiene un estado “mafaldesco”.  Yo me formé con esos personales, como Susanita que era insufrible y a Mafalda la sacaba de quicio, y la Mafalda decidida que batallaba contra el mundo.

 

– ¿La muestra “Ella es Tersura” que se puede apreciar en Plataforma Lavardén es igual a la del Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires?

– Son 60 paneles y después hay unos trabajos grandotes donde están los personajes que son los amigos. Digamos que la sala es mucho más grande que el espacio alargado que usamos en el Centro Cultural Recoleta, así que agregamos obras para esta muestra. Será porqué Tersura llegó a su ciudad.

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