Un joven de 28 años fue formalmente acusado por el asesinato de su vecino. El hecho se registró en diciembre pasado, cuando un problema por una deuda derivó en la muerte de un quiosquero de 65 años que recibió un escopetazo en la ingle. Luego de nueve meses, y a raíz de un dato que acercó la familia de la víctima, el sospechoso fue detenido en una feria de puestos ambulantes que funciona los jueves en la zona oeste. Un día después el apresado fue acusado de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego y portación de arma de guerra. El sospechoso dio su versión del hecho y sostuvo que se defendió de una agresión de un grupo de personas que lo baleó y acuchilló. Acto seguido, la jueza Mónica Lamperti dispuso la prisión preventiva sin plazo para el acusado.
Un dato que acercó un familiar de Santos Anselmo Ortiz terminó con la detención de Carlos Alberto S., quien fue arrestado el jueves pasado en una feria barrial que se ubica en las cercanías de la seccional 19ª. Allí, el joven junto con su pareja explota un puesto ambulante de venta de detergentes. El último viernes, durante una audiencia oral, el fiscal Adrián Spelta acusó al sospechoso de matar a Ortiz. El funcionario sostuvo que el 19 de diciembre pasado víctima y victimario tuvieron dos encontronazos. Don Ortiz explotaba un quiosco en su domicilio y le fiaba a su vecino, que vive junto enfrente. Pero el hombre no saldaba su deuda y esa tarde se generó una discusión entre ambos. Carlos Alberto S. pagó una parte de lo que adeudaba pero poco después fue a pedir nuevamente fiado, sostuvo el fiscal. Quería bebidas alcohólicas y Ortiz le dijo que no, hasta que no pagara lo que debía, refirió Spelta.
El homicidio
Cerca de las 23.30, Carlos S. cruzó nuevamente a la casa de su vecino, esta vez para pedirle que le diera luz, ya que el cable de energía eléctrica que alimentaba su vivienda se había cortado y Ortiz le dijo que no; entonces Carlos S. cruzó a su casa, salió con una tumbera, disparó al aire y luego a su vecino, quien recibió un disparo en la ingle, según la acusación fiscal. El quiosquero fue trasladado por vecinos al hospital Roque Sáenz Peña y de allí al Heca, donde falleció. Por su parte el atacante huyó del lugar y fue perseguido por algunos vecinos que lograron darle alcance a unas tres cuadras, donde funciona una estación de servicios; allí fue lesionado con un arma blanca, refirió el fiscal en base a los testimonios que recabó en la investigación.
El descargo
Por su parte Carlos S., asistido por la defensora oficial Maricel Palais, dio su versión: dijo que ese día llegó de trabajar con su chata llena de mercadería. Sostuvo que le debía 60 o 70 pesos a su vecino. “Yo se lo iba a pagar”, afirmó. El imputado refirió que la víctima estaba tomando con su hijo y sus sobrinos y “lo repugnanteaban”, hasta que los más jóvenes comenzaron a pegarle, por lo que empezó a “recular” hacia su casa. En ese momento salió su mujer e intentó defenderlo y los hombres se abalanzaron sobre ella y la golpearon. Como pudieron, ambos ingresaron a la vivienda y Carlos S. efectuó un disparo al aire para intentar salir por detrás de la casa y allí lo golpearon, apuñalaron y balearon, según refirió.
En esas condiciones sostuvo que corrió unas tres cuadras, hasta una estación de servicios, donde la intervención de Gendarmería le salvó la vida. Luego denunció que al obtener el alta del hospital fue trasladado a la comisaría 19ª, donde le solicitaron 10 mil pesos para mejorar su situación procesal. Sostuvo que no contaba con ese dinero y que su padre logró juntar la mitad y le dijeron que le daban la libertad por defensa propia. “Lo único que hice fue defenderme y defender a mi familia”, concluyó y debió suspenderse la audiencia por el estado anímico del imputado. Poco después se reanudó el debate, que culminó con el pedido fiscal de prisión preventiva, medida cautelar que fue otorgada por la jueza Lamperti sin plazo.