El papa Francisco celebró ayer una misa en la Catedral de San Pedro y San Pablo de Filadelfia, en la que pidió “valorar la inmensa contribución de las mujeres” en la Iglesia católica y reclamó “una participación de los laicos más activa”. También volvió a hablarles a los inmigrantes latinos a los que animó a no bajar los brazos. Filadelfia es el último destino de su visita de cinco días a los Estados Unidos, que culminará después de la misa de clausura del Encuentro Mundial de las Familias, cuando emprenderá el regreso al Vaticano, por la noche.
El papa argentino llegó ayer a Filadelfia, la ciudad más importante del estado de Pensilvania, a las 9.42 hora local (10.42 hora argentina) en un avión de American Airlines procedente de Nueva York. Además de la misa, Francisco participó de la denominada “Fiesta de las familias y vigilia de oración” en el Benjamin Franklin Parkway, en el corazón de Filadelfia, donde cantó la artista Aretha Franklin.
En tanto, hoy, el Papa encabezará un encuentro con los obispos invitados al VIII Encuentro Mundial de las Familias, visitará a los presos del Instituto Correccional Curran-Fromhold y dará la santa misa de clausura del Encuentro.
Finalmente, a las 20, hora argentina, llegará al aeropuerto internacional de Filadelfia para participar de la ceremonia de despedida y una hora después partirá hacia el aeropuerto de Ciampino en Roma, Italia.
Valorar a las mujeres
En la misa en la catedral de San Pedro y San Pablo pidió “valorar la inmensa contribución de las mujeres” en la Iglesia católica y reclamó “una participación de los laicos más activa”.
“Sabemos que el futuro de la Iglesia, en una sociedad que cambia rápidamente, reclama ya desde ahora una participación de los laicos mucho más activa”, pidió el jesuita argentino, en una homilía en español. “De manera particular, significa valorar la inmensa contribución que las mujeres, laicas y religiosas, han hecho y siguen haciendo a la vida de nuestras comunidades”, destacó.
Mensaje a los latinos
Más tarde, el jefe eclesial celebró un encuentro por la libertad religiosa con la comunidad hispánica y con otros inmigrantes en el Independence Mall de Filadelfia. Allí, instó a los inmigrantes a que “no se desanimen” y “no se avergüencen nunca”, en un fuerte mensaje simbólico en la cuna de la independencia de Estados Unidos en 1776.
Decenas de miles de personas, una inmensa mayoría de ellas latinas, se dieron cita para ver y escuchar al primer Papa del continente americano.
“Muchos de ustedes han emigrado a este país con un gran costo personal, pero con la esperanza de construir una nueva vida. No se desanimen por las dificultades que tengan que afrontar”, dijo Francisco, recibido con una ovación y quien besó a niños y bebés que le acercaban al papamóvil.
“Les pido que no olviden que, al igual que los que llegaron aquí antes, ustedes traen muchos dones a su nueva nación. Por favor no se avergüencen nunca de sus tradiciones”, agregó.
Desde el lugar donde se “proclamó que todos los hombres y mujeres fueron creados iguales”, Francisco envió además un fuerte mensaje a favor de la libertad religiosa, un “derecho fundamental” para “interactuar social y personalmente” con el prójimo.
