“El Luquita se juntaba acá en la esquina con nosotros. No sé por qué le tenía bronca; pero ayer andaba re-zarpado, re-empastillado y lo mató a Cirilo, adelante de dos nenes de 8 y 4 años”. De esa manera una vecina de Villa Gobernador Gálvez sintetizó el homicidio de un muchacho de 28 años, asesinado anteanoche. Según los testigos, el matador es un ladrón de la zona y cercano a la víctima. Hasta anoche no había detenidos por el caso.
Cirilo se llamaba Jorge Luis Molina y tenía 28 años. Se sentaba a fumar en la esquina de Rosario y pasaje 5, el mismo lugar donde anteanoche lo mataron, justo donde hay pintado un escudo enorme de Coronel Aguirre, el club más popular de Villa Gobernador Gálvez.
Según explicaron sus allegados, Cirilo, un rato antes de las 21, estaba parado en esa esquina, charlando con un vecinito de 8 años y una nena de 4, cuando se le apareció, con la cara tapada por una capucha y una gorra, en una moto de 110 centímetros cúbicos, el Luquita, un viejo conocido con el que llevaba un tiempo distanciado. Luquita, quien viajaba como acompañante del conductor, se bajó del rodado e increpó a los acompañantes de Cirilo para que se fueran a su casa. Tenía un revólver 38 largo y les dijo a los nenes que si no se iban su mamá los iba a retar. Pero los niños no lo obedecieron y Luquita decidió seguir con su objetivo.
“¡Ah! estás re-regalado, no tenés ni fierro”, le dijo el recién llegado a Cirilo y le disparó dos tiros a sangre fría, ante la mirada de los nenes, según describieron los vecinos. El baleado intentó refugiarse y caminó a los tumbos, pidiendo clemencia, 10 o 15 metros, para intentar llegar hasta su casa. Pero Luquita lo siguió, y cuando estaba sobre una vereda adornada con pedazos de lajas y azulejos, lo remató en el piso, agregaron los allegados a la víctima. El nene de 8 años seguía en la esquina, shockeado por lo que acababa de ver. El matador caminó tranquilo hasta la moto, con el arma en la mano, pasó al lado del tronco de árbol donde se sentaba junto a Cirilo, se subió y dejó que su chofer lo sacara de la escena del crimen.
De acuerdo con el parte médico oficial, a Jorge Luis Molina le dieron tres tiros: uno en el tórax del lado izquierdo, otro en la espalda del lado derecho y el restante en el brazo, que le fracturó el húmero.
“Está de la cabeza ese pibito, anda todo el día empastillado bardeando. Hace como un mes le metió un escopetazo a un chico y le sacó un pedazo de cara; la semana pasada le dio dos tiros a dos nenas de acá cerca. Está re-zarpado; pero ya cumplió los 18, así que ni bien lo agarren va a quedar adentro un tiempo”, contó a El Ciudadano una amiga de Cirilo que conoce muy bien a Luquita.
Según vecinos de Villa Gobernador Gálvez, Luquita se llama Lucas R. y vive a pocas cuadras de la escena del crimen. Hasta anoche seguía como fugitivo.
Sobre Cirilo contaron que “era muy respetuoso. Siempre tranquilo, atento a los vecinos, piola con los nenitos. Yo no sé si tenía manejes lejos de acá, pero en el barrio nunca bardeó, nunca lo vimos con un arma, ni maltratando a la gente. Era un muchacho humilde, compañero nuestro”, contó un hombre que lo conoció de cerca y estuvo con él minutos antes de que lo ejecutaran.
El caso es investigado por el fiscal de Homicidios Dolosos Rafael Coria, con la colaboración de uniformados de la seccional 26ª y de la PDI.