La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, descartó ayer en Suecia, donde se encuentra realizando una visita oficial, que haya riesgo de ruptura del orden institucional en su país y salió al cruce de las versiones que hablaban de la renuncia de su ministro de Hacienda, Joaquim Levy, mientras la oposición prepara un nuevo pedido de juicio político que puede ser presentado hoy al Congreso.
Rousseff salió a rechazar de forma contundente los comentarios sobre una posible salida de Levy. La mandataria, quien mantuvo una conversación el viernes pasado con el funcionario antes de iniciar la gira por países nórdicos, dijo que Levy se mantendrá en su cargo de ministro.
“Él no está saliendo del gobierno. Punto. No trato más sobre este tema”, dijo la mandataria, irritada. “Cualquier cosa se diga más allá de esto es en el terreno especulativo. Ustedes no especularán conmigo respecto al ministro de Hacienda”, agregó la jefa de Estado.
Anteayer, declaraciones del presidente PT, Rui Falcao, aumentaron la presión sobre la salida del funcionario. Falcao dijo que Levy debía cambiar la política o dejar el cargo.
Enfática, Rousseff rebatió la declaración y dijo que esa “no es la opinión del gobierno”. Y agregó: “Yo creo que el presidente del PT puede tener la opinión que quiera, pero no es la opinión del gobierno. Respetamos la opinión del presidente del PT, pero eso no significa que sea la opinión del gobierno”, aseguró.
Por otro lado, en el marco de la visita a Suecia, Rousseff aseguró en Estocolmo que su país es “una opción segura y atrayente para inversiones”. “Somos un país que ofrece grandes oportunidades y posee un ambiente de negocios sofisticado y seguro. Somos una gran democracia. Nuestra economía tiene fundamentos sólidos”, dijo Rousseff ante empresarios y autoridades suecas, según declaraciones publicadas por la presidencia brasileña.
La mandataria destacó que su gobierno está “trabajando de manera decidida para fortalecer la salud fiscal (del país)” y aseguró que Brasil “está retomando el equilibrio, reduciendo la inflación, consolidando la estabilidad macroeconómica para aumentar la confianza y garantizar la reanudación del crecimiento”.
Destituyentes, a la carga
El pedido más sólido de apertura de juicio político lo presentará hoy al presidente de Diputados el jurista Helio Bicudo, uno de los fundadores del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) y se basa en fundamentos jurídicos respaldados por el Tribunal de Cuentas. El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, tiene la potestad de aceptarlos o rechazarlos. Cunha es un evangelista del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) ex aliado y ahora enemigo personal de Rousseff. La semana pasada, el Supremo Tribunal Federal (STF, corte) emitió una medida cautelar que frenó el proceso de “impeachment” pero no evitaría el actual.
“No peligra” acuerdo de compra y fabricación de cazas suecos
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, defendió ayer en Estocolmo la solidez de las finanzas de su país para afrontar la operación de compra de 36 cazabombarderos Gripen NG de la sueca Saab, aprobada hace un año. “No creo que la cuestión de la crisis tenga ninguna importancia en el acuerdo Gripen”, dijo Rousseff en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro sueco, Stefan Löfven, en la que resaltó que Europa también afrontó una recesión grave en los últimos años. El acuerdo, valorado en unos 5.400 millones de dólares, establece que Brasil recibirá entre 2019 y 2024 los cazas, de los que casi la mitad serán producidos de forma conjunta, en una operación financiada por el Instituto sueco de Crédito a la Exportación. Quince de los 36 aviones serán fabricados en la brasileña Embraer, a la que Saab le transferirá la tecnología, y ambas ofrecerán luego aviones a países de América Latina y África.