River cumplió con la historia y ganó, pero el resultado dejó abierta la serie. Fue 3-1 para el Millonario ante el modesto Chapecoense de Brasil, que la pasó mal en el Monumental, pero aún sueña con dar el batacazo en su casa.
Desde el inicio las posturas estuvieron claras. River salió a comerse la cancha y a definir el partido lo antes posible, y la visita se plantó con dos líneas de cuatro con la ilusión de lastimar en alguna contra.
De tanto ir, el equipo de Gallardo tuco su premio a los 20 minutos, aunque extrañamente fue en una contra. Anticipó Kranevitter en el mediocampo y habilitó a Casco, que metió una corrida bárbara y sacó un centro rasante que aprovechó Carlos Sánchez para con sutileza establecer el 1-0.
En River no fue una buena noche de Lucho González y Pisculichi y por eso le costó generar más chances de gol. Y en la primera que se acercó el elenco brasileño hubo una mano clara de Kranevitter en el área. Era penal que juez uruguayo obvió y River respiró.
Pero a los pocos minutos perdió Casco de cabeza tras un pelotazo, Maidana llegó tarde y Maranhao con un toque definió ante la salida desesperada de Barovero para el 1-1.
En la segunda parte River buscó la victoria con más actitud que juego. Pudo anotar Maidana, pero el palo se lo negó. Y a los 18 minutos Pisculichi de tiro libre trajo algo de paz. Y recién en el final, tras varios rebotes apareció otra vez Sánchez y puso el 3-1 más acorde con la historia.